El día del partido Madrid-Barcelona pudimos ver la escena que allí es habitual: el palco del Real bullicioso de Esperanzas, Aznares y demás "facherío" nacional, moviéndose como pez en el agua o como Don Pedro por su casa.
Mientras, al pobre del muy limitado del Zapatero, "culé" confeso y supongo que por accidente, sus asesores le tienen prohibido ir al palco del F.C. Barcelona, por que ello le restaría miles de votos en el resto de España (interesante leer el artículo "Por la escuadra", de Ramón Solsona, titulado "¿Donde estaba Zapatero?" en la edición de papel de La Vanguardia de hoy)(*).
Ser catalán, en esta puta España es, casi ya que por lo menos todavía no nos gasean, como ser judío en la Alemania de Hitler. Y ser del Barça, incluso sin ser catalán, equivale a ser un apestado en muchos lugares de España, no solo la profunda si no también en la contaminada periférica...
Coronel Von Rohaut
(*) A pesar de su siempre descarada inclinación pro-gubernamental, siempre a la sombra del poder,
La Vanguardia es mucho más liberal e imparcial que la prensa madrileña. Leo que en Catalunya, la difusión de La Vanguardia más que triplica la de El País y es infinitamente superior a la de panfletos "ultra" como El Mundo, ABC, La Razón, La Gaceta, etc. Así y todo, cuando voy a mi kiosco a adquirir mi Vanguardia, veo muchos dignos caballeros de bigotito y señoronas emperifolladas salir con, debajo del brazo, su Mundo o su Razón. Claro que yo vivo en la parte alta de Barcelona donde, detrás de Convergència, el partido más votado es el PP. Claro que en mi barrio hay mucho gilipollas, mucho "facha" españolista y estúpido, que es el arquetipo del lector de esta prensa amarilla, sectaria, mendaz y calumniosa.
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