domingo, mayo 09, 2010

Llamadme superficial

En un artículo periodístico (Oscar Caballero) sobre la presentación en París de un libro donde se ataca la vida privada del inventor del psicoanálisis, Sigmund Freud, (muchas veces prefiero leer ligeros resúmenes que enfrascarme en sesudos estudios y llamadme superficial si queréis), escrito por un filósofo (Michel Onfray) que ya había atacado a los filósofos en libros anteriores, se trae a colación el comentario humorístico de una profesora de la "Ecole Normale Supérieure" (la fábrica donde se forman los sabios filósofos franceses), Elisabeth Roudinesco, la cual se preguntaba quienes habían sido los cinco judíos más célebres de la historia y se respondía:
  1. Moisés, para el cual "Todo es Ley"
  2. Jesús, para quién "Todo es amor"
  3. Marx (Karl, no Groucho) quien dijo que "Todo es dinero"
  4. Freud, que nos convenció que "Todo es sexo"
  5. Einstein, quien demostró que "Todo es relativo"

Y los cinco tuvieron, tenían y tienen mucha razón, su parte de razón o toda la razón, compartida.

O como dejó dicho alguien muy importante pero cuyo rostro ahora no se me aparece: "Yo soy marxista, sector grouchista". Y yo también; claro que asimismo Groucho Marx era judío e ignoro por qué Madame Roudinesco no lo ha incluido en su lista, ya que éste hubiera afirmado que "Todo es surrealista".

Coronel Von Rohaut

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