Hace un par de días un brigadier (cabo en las tropas de caballería y artillería francesas) murió, por un impacto indirecto, en el interior de una base francesa en el valle de Tagab, en Afghanistan, (un COP "Combat Outpost" o puesto avanzado, y menos protegido que una FOB o base adelantada).
La noticia ocupó exactamente 30 segundos, en un telediario de TF1 que se había abierto, durante 12 minutos, con el tema de Anelka, un puto futbolista negro y medio loco (también el cabo fallecido era negro) que había insultado a su inepto seleccionador (de origen catalán: también nosotros tenemos defectos).
Hace ya varios años, el ultra Le Pen había expresado su opinión que la selección francesa de rugby, cuyos componentes casi todos blancos cantaban con fervor "La Marsellesa" antes de cada partido, sí que representaba a la nación francesa. No así la de fútbol, en la que no se veía cantar ni a Dios, mayormente formada por negros y argelinos que no eran más que unos mercenarios que no sentían la bandera del país que les había acogido (no así el cabo, que incluso había muerto por ella ¿gracias a su formación militar?). Yo tan solo lo expongo.
Coronel Von Rohaut
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