Los "sospechosos habituales" de siempre siguen ladrando contra Israel y los judíos, con frases dramáticas y demagógicas, pero sin ahondar en las razones profundas de los hechos. Algunos periódicos ya reconocen que ni "ayudas humanitarias" (una tapadera), ni tripulaciones "pacifistas", ni leches, pero siguen arreciando contra los "malvados 'nazis' sionistas" apoyados por los malditos americanos.
Solo unas pocas personas, como la irreductible Rahola en su columna que puedes leer aquí y algún otro medio imparcial, reconocen abiertamente la trampa en que ha caído Israel, provocada por Turquía con la ayuda de los "tontos útiles" de siempre. Y reconocen la razón de Israel en defenderse, si bien ha cometido graves errores tácticos al gestionar la crisis; por cuyo motivo muchas personas, en el mismo país hebreo, reclaman la dimisión del Ministro de Defensa, Ehud Barack que, posiblemente ha cometido cagadas.
Y está claro que el islamista turco Erdogán y su Presidente Ghül, han ganado la batalla. Turquía era el principal aliado de Israel en la región y aún hoy soldados judíos hacían maniobras conjuntas con los turcos; creaban sistemas de armas comunes y, especialmente, Israel era uno de los principales suministradores de material militar a Turquía, donde el ejército creado por Ataturk sigue siendo el guardián del laicismo turco y de los valores occidentalizadores del "kemalismo".
Pero esta alianza con Israel, desde que los islamistas ganaron el poder civil, era una incoherencia y un contrasentido, que Erdogan, cada día más escorado hacía Irán, quería dar por acabada.
Una Turquía reislamizada que, ante la pérdida de peso de Egipto, quiere encabezar y liderar la política del Oriente Medio, para lo que estrecha sus alianzas con países como Siria e Irán y los movimientos islamistas y terroristas como Hamas. Que apoya, dentro de Europa, a los países islamistas como Albania y la secesión albano-kosovar (tan traumática para Serbia).
Las revueltas islamistas de Chechenia, el Dagestán, etc, son propias del avispero del Cáucaso e independientes del resto.
Pero Turquía, el antiguo Imperio Otomano, hasta la Primera Guerra Mundial era la potencia ocupante de todo el Oriente Medio, con Palestina que incluía al borrado y anulado Israel, y demás países como Irak, Líbano, Siria, etc. y anteriormente había llegado desde Egipto, Libia y Túnez, hasta las mismas puertas de Viena (*), ocupando todos los Balcanes. Y ahora ya tiene cuatro o cinco millones de súbditos, viviendo en Alemania pero sin abjurar de su origen, cultura y religión.
Y para romper definitivamente con Israel y vencer la reticencia de los militares, Erdogan necesitaba, y ha obtenido, una operación propagandística para conquistar la opinión pública europea, siempre tan influenciable y "progre y buenista" (y bastante antisemita...) y soliviantar y enardecer a sus masas propias, que impedirán que el ejército turco siga ejerciendo su función laica y pro-occidental y pro-israelí.
Coronel Von Rohaut
(*) Donde se celebró la victoria sobre los otomanos inventando el "croissant"...
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