Son datos desagradables pero que los estados mayores están obligados a manejar fríamente.
En Afghanistan, las tropas francesas tienen un ratio de 1/5,7 o sea, un muerto por cada 5,7 soldados heridos, muy similar al de americanos y británicos.
Desde 2009, han sufrido 74 heridos, de los cuales 41 en el 2009 y 31 ya en lo que llevamos de 2010, lo que indica un aumento de los heridos si bien no todos de la misma gravedad ya que solo 19 han tenido que ser evacuados (stratevac) hacía Francia en aviones medicalizados. Y más de la mitad de los heridos lo han sido por IED's.
El computo de heridos se ha hecho (no todos los organismos franceses lo calculan igual) de acuerdo con la norma anglo-americana de "wounded in action" o sea, sin contar los lesionados en accidentes de tráfico o accidentes varios fuera de combate, vuelcos de blindados, etc. Y sin tener tampoco en cuenta las lesiones psicológicas (fatiga de combate/stress post-traumático, etc.).
A lo largo del tiempo los heridos tienden a aumentar en relación a los fallecidos, gracias a los progresos de la medicina, rapidez en las intervenciones quirúrgicas, inmediatez de las evacuaciones por helicóptero, etc. La contrapartida es el aumento de inválidos graves que antes no hubieran podido ser salvados, así como el incremento de los gastos por tratamiento y recuperación de dichos inválidos, pensiones, etc.
Y en relación a lo anterior, leo un relato de la muerte reciente del sargento Konrad Rygiel, legionario polaco del 2ème REP (2º Regimiento Extranjero de Paracaidistas) y que talmente parece el guión de una película de hazañas bélicas si bien aquí los muertos y heridos son personas de carne y hueso.
"Las víctimas pertenecían al GCP (Grupo de Commandos Paracaidistas) que, dentro del regimiento, son los que forman la vanguardia para asegurar bien el punto de salto o área de recepción (en operaciones paracaidistas) o bien el perímetro en las operaciones terrestres como era este caso. Con motivo de una operación médica civilo-militar (llevar ayudas medicas a la población de un lugar alejado), los militares que montaban el dispositivo de protección fueron atacados por una treintena de insurgentes que se habían infiltrado; los combates duraron casi tres horas, con unas condiciones climatológicas infernales.
El sargento Rygiel fue alcanzado por la metralla de un cohete RPG-7 si bien no falleció en el acto pero su evacuación fue difícil por culpa de la lluvia torrencial que había convertido la zona en un barrizal donde los soldados resbalaban. Retirado en camilla, al atravesar una pista de 5 metros de ancho y entre muros, fueron alcanzados por fuego de armas automáticas y, a pesar del fuego de cobertura y el lanzamiento de granadas de humo, uno de los camilleros, otro sargento, fue alcanzado en las piernas y el herido transportado cayó por el suelo.
El camillero, herido grave, pudo arrastrarse hasta el refugio del muro. Rygiel intenta arrastrase también hacía el muro; intentando agarrarle para ayudarle, otro legionario es herido en los brazos. Tendido en medio del camino, Rygiel es nuevamente alcanzado por dos impactos de bala y muere a los pocos minutos.
Otro componente del GCP que se había quedado atrás con su capitán, haciendo una brecha en un muro o pared seca para instalar su fusil, fue picado por un escorpión.
Los cazas americanos F-15 llamados para prestar apoyo al suelo no intervinieron. Tampoco los dos helicópteros de ataque franceses, "Tigre", llamados al rescate y si bien sobrevolaban la zona a muy baja altitud, molestando incluso con su ruido las transmisiones por radio, no intervinieron. A pesar que las tropas implicadas en el combate habían señalado 'indentificación positiva de los insurgentes' las reglas de intervención o 'rules of engagement' y para evitar daños colaterales a civiles, son tan estrictas, que los helicópteros no recibieron nunca, desde el mando en retaguardia, el permiso para disparar. Y los legionarios rodeados en el suelo, que se jodan..."
Coronel Von Rohaut
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