Tan pronto me sea posible (no siempre se puede) vincularé en alguno de los futuros "posts" de este mi "blog", la columna de hoy, en La Vanguardia, del economista Germà Bel que resume el porqué se han cargado lo poco de consistente que permanecía en el Estatut una vez ya había sido desnaturalizado y castrado a su paso por las Cortes. Y eran temas sobre el Poder Judicial, la Lengua y los Tributos. O sea, el Decreto de Nueva Planta sigue plenamente en vigor y no se toca...
Y rápidamente ya ha salido el "Gran Trilero" a decir que está satisfecho por lo que se ha salvado (¿nada?) y que con esto se cierra el proceso estatutario de transferencias del estado. Y punto en boca.
Seguramente los actuales "encajistas" o catalanes que, como antes Francesc Cambó, Jordi Pujol y Pasqual Maragall (cada uno con sus matices), intentan que Catalunya no se aleje de España pero conservando un mínimo de personalidad diferenciada, tratarán de vendernos la moto que hay que mirar hacía al futuro y aprovechar lo que queda y que los catalanes, como siempre, trabajando saldremos adelante, que patati y que patata, y bla, bla, bla.
¿De verdad no tienen vergüenza los Mas, Durán Lleida, la mayor parte de los periodistas de La Vanguardia, etc., de seguir defendiendo unas posiciones insostenibles después de las bofetadas, insultos y humillaciones que, día sí y otro también, les endilgan los de siempre, los de más allá, a los que ellos quieren acercarse y no les quieren ni ver más que para seguirlos exprimiendo? ¿Para seguirnos explotando?
Pero lo que raya en lo surrealista es que salga el Montilla, el indigno presidente de la Generalitat catalana, que este ni es "encajista" si no que no es mas que un simple español que reside en Catalunya, y diga que está indignado y que él mismo promueva una manifestación en defensa del Estatut. ¿Qué Estatut, si ya no quedaba casi nada y qué defensa si lo que quedaba ya ha sido enterrado y no tiene, por las buenas, ninguna vuelta atrás? ¿A quien quiere engañar? A mí, no, claro, pero por ahí está lleno de retrasados, bobos y buenas gentes que, sin ninguna información ni espíritu crítico, comulgan con ruedas de molino.
Claro que yo no iré a una manifestación, ¿el 10 de julio, dicen? presidida por el Montilla y cuya pancarta o cabecera ya están modificando "pá no molestar". Y dicen, desde fuentes del gobierno, que esta manifestación, promovida desde arriba, servirá para "encauzar" la frustración de las buenas gentes. Porqué este es el "quid" de la cuestión: mientras al pueblo catalán no se le pueda derrotar completamente, asimilarlo, lo que toca hacer es "encauzarlo". O, como decimos en catalán, "fer-nos passar per l'adreçador", que es una forma un poco más ruda de pasar por el aro. Ya que, si antes de pasar dócilmente por el aro, nos "adreçan", nos enderezan o amoldan, quiere decir que nos habrán acondicionado, léase, rebajado y retorcido.
Claro que yo no iré ni a esa ni a ninguna manifestación, acto, charla o conferencia, que diga defender los restos de un Estatut que ya no era. Ni defender una lengua, la catalana, cuya única (he dicho única) defensa radica en la existencia de un Estado Soberano que la soporte. Ni un virtual "derecho a decidir" que ya lo tengo por el solo hecho de ser un ciudadano libre, o permiso para exigir la convocatoria de un "referendum para la autodeterminación" que nadie me ha de conceder pues es inherente a mi pueblo; y es aberrante solicitar este derecho precisamente a quién te lo niega y siempre te lo negará. Los derechos que te son negados, te los coges; y para esto siempre hay que traspasar la "línea roja", cualquier "línea roja" que siempre alguien te pondrá.
No. Yo ya solo me movilizaré para ir a la guerra.
Coronel Von Rohaut
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