El General del Ejército Español, Juan Prim y Prats, héroe de Castillejos, catalán de Reus y que llegó a ser Presidente del Consejo de España, o sea, Jefe del Gobierno (por pocos días ya que, al ser catalán y querer modernizar el país, en Madrid lo asesinaron rápidamente), dijo, dirigiéndose a sus colegas del Gobierno: "Dejad de tratar a los catalanes como a ciudadanos de segunda categoría porqué no os necesitan para nada y se irán" (*).
De esto hace la friolera de 150 años. Pero no nos fuimos.
Y hace más de un siglo que el poeta Joan Maragall escribió aquello, con rabia y casi llorando, de
" Adéu, Espanya !". Pero solo fue un llanto, un lamento por el amor no correspondido, y nos seguimos quedando.
Más recientemente pero dentro de la misma línea encajista con España, Jordi Pujol estuvo treinta años dándonos la murga en que teníamos que hacer pedagogía en España del sentir catalán. Teníamos que explicar, con paciencia y simpatía, nuestras diferencias históricas, culturales y lingüísticas. Teníamos que hacer proselitismo y buscar los interlocutores más cultos y menos fascistas, centralistas, carpetovetónicos y salvajes, para hacernos entender y, porqué no, hasta querer. Teníamos que seguir siendo solidarios (aunque no nos lo agradeciera ni Dios y nos siguieran insultando, difamando, calumniando y humillando) y solo intentar que, al entendernos y hasta amarnos un poco, nos robaran menos y nos dejaran respirar.
Todo inútil. Nos han seguido expoliando, cada vez con más saña y dejándonos menos margen. Incluso cercenando nuestro crecimiento, aunque ello fuera en detrimento del conjunto del país. Todo para facilitar el "sorpasso", largamente deseado y conseguido ya, de Madrid frente a Barcelona como capital económica, también, del Estado.
Después de una cierta apertura en el momento de la transición democrática, el Estado central ha venido recuperando varias de las responsabilidades traspasadas y mediante LOAPAS varias, ha laminado la autonomía catalana; por lo que estamos mucho peor que hace algunos años. Solo faltaba la última rebaja, incluido salivazo en la cara, del Tribunal Constitucional de España.
Y con toda la campaña mediática, la machacona labor de los comunicadores centralistas, las mentiras "goebbelianamente" repetidas, la buena y desinformada gente de España, el pueblo llano, las "señoras Purificación y María" de Zamora y de Madrid (**), cada día nos odian más visceralmente (***).
Cuando, ahora mismo, vuelvo a escuchar el discurso que hemos de volver a hacer pedagogía, se me revuelven las tripas. Nunca más.
Punto final. Nos vamos, pero ya.
Por descontado, sin siquiera despedirnos.
Dando un portazo.
"¿ Adéu, Espanya ?". ¡ Ni hablar !
¡ A la mierda !
Coronel Von Rohaut
(*) Recordado hoy por el periodista (gran periodista pero franquista en su juventud) Carlos Sentís.
(**) Como aquellas enjoyadas señoronas que se dirigían a votar en las "mesas" instaladas por el PP y que, mirando altivamente a la cámara, presumían que iban
"a votar contra los catalanes".
(***) Lo que, por cierto, me importa tres pares de cojones: putas viejas y decadentes.
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