Un político barcelonés, del PP, ha dicho, dentro de su sentido eufemístico y políticamente correcto, una gran frase:
"No hay que confundir inmigración con delincuencia, pero tampoco silenciar que crece el número de detenidos que son inmigrantes"
Y es cierto: con los inmigrantes también nos llegan importantes cantidades de chorizos.
Pero esto no es nuevo. Cuando yo era pequeño (¡Dios, si ha llovido desde entonces!) y con mi abuela íbamos a pasar los veranos en su pueblo de nacimiento, Santpedor, en el Bages, todas las casas tenían las puertas abiertas de par en par o con la llave puesta en la cerradura, por fuera. Si ibas a verles, solo tenías que entrar y, desde el zaguán, gritabas "¡A María Purísima!" (contracción de Ave María) y si había alguien, te contestaban "endavant" o "entreu, entreu". Pero al llegar la masiva inmigración de gentes del sur de España a mediados de los 50', proliferaron los hasta entonces inexistentes robos en los domicilios y la gente empezó a echar la llave y a cerrar su puertas... ¡maldita sea!
Coronel Von Rohaut
yo soy hijo de gente emigrada del sur de españa, en el pueblo de mi padre tambien tienen esa costumbre alli las puertas sigen abiertas , haver si los chorizos vay a ser vosostros los pata negra del lliceo
ResponderEliminarEntiendo que mi comentario le haya sentado mal a alguien.
ResponderEliminarSé perfectamente que no todos eran igual y que no es correcto generalizar. Y por ello presento mis excusas.
¡Pero las cosas son como son y yo las viví!
Igual que en Suiza, donde los periódicos estaban a la venta sin nadie que vigilara y los suizos dejaban su importe en una cajita al lado. Costumbre que tuvieron que abandonar con la llegada masiva de españoles e italianos.
Por qué las cosas son como son.