Al anunciarse la nueva ley de consumo del gobierno catalán que multará a aquellos comercios que no rotulen ni atiendan, también o como mínimo, en catalán (¿Os he dicho ya que el catalán es, mecachis en la mar, la lengua original y auténtica del país, siendo el castellano una lengua sobrevenida, oficial también ahora, pero impuesta por la fuerza de las armas y de la demografía inducida?), rápidamente escucho otra vez (no digo de nuevo, ya que nunca habían cesado...) en los medios mesetarios de la caverna centralista así como en algunos quintacolumnistas de dentro mismo, grandes aspavientos y rasgadas de vestiduras, declaraciones altisonantes, llamadas a la "jyhad" lingüística para la defensa del español lengua que, por lo visto, y a pesar de ser mayoritaria en todos los medios de comunicación de Catalunya y cada vez más mayoritaria en las relaciones sociales, está perseguida y amenazada de desaparición por parte de los "nazis" catalanes...
A estos anticatalanes, alarmistas y vociferantes mal nacidos, embusteros y calumniadores, les importa un bledo que lo que dice la ley es que, como mínimo, ha de rotularse y atenderse en catalán, lengua original del país y, también ahora, co-oficial según las mismas leyes hispanas.
Cuando chillan histéricamente que se conculcan los derechos y las libertades de los castellano-parlantes, se pasan hidalgamente por el forro de los cojones la libertad de los catalanes a que también se les atienda en su lengua, cosa que no siempre, si no casi nunca en ciertos lugares, ocurre. ¡Entre Vd. en algunos bares y tiendas...!
No dudan en falsear la verdad cuando dicen que se prohibe hablar en español y se persigue a los que lo hacen cuando lo que dice la ley es que también los catalanes tienen derecho a la suya. Me parece perfecto que comercios y personas atiendan en inglés, chino o checheno. Y aún debería fomentarse más el conocimiento de idiomas y todos los restaurantes deberían tener (ya que vivimos del turismo) cartas en varias lenguas. Lo que no es de recibo es que muchos las tengan solo en castellano, ciscándose en los derechos de los catalanes a tenerlas también en su lengua propia y la auténtica de la nación en la que vivimos, trabajamos, pagamos impuestos y al final moriremos de asco.
¡Dios, que pena siento que no se autorizase mucho antes la libertad de aborto!
Cuanto hijoputa suelto que anda por ahí nos hubiéramos evitado ...
Coronel Von Rohaut
No suelo comentar este asunto pero, mi coronel, me permitiré hacer algunas precisiones. En relación con la cuestión de la lengua vehicular en el comercio y el etiquetado e información no digo nada, sí creo que si un comercio se puede llamar Burguer King una tienda de golosinas se puede llamar La Valenciana. El catalán es una lengua de comprensión sencilla para un castellano parlante y no habría que sacar las cosas de quicio. Tengo otra opinión sobre la inmersión lingüistica a niños pequeños donde creo que debería ser en su lengua materna. Hay que procurar que la gente pueda utilizar las dos lenguas oficiales libremente.
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