miércoles, noviembre 10, 2010

Lucha (jurídica) contra la pirateria


Coger a los piratas con las manos en la masa (delito flagrante, o casi) es relativamente fácil por parte de las fuerzas armadas que patrullan, por ejemplo, el Océano Indico y el entorno costero (les approches maritimes, se dice en francés y también approaches en inglés, término que no tiene traducción en español: ¿las proximidades o cercanías?), de Somalia.

Lo difícil es traducir a los piratas aprehendidos ante unos tribunales, para ser juzgados de acuerdo al Derecho Marítimo Internacional, y condenados para que paguen sus daños.

La mayoría de países, cuando detienen unos piratas, bien por motivos de política interna como Alemania y Finlandia o bien por no disponer de una jurisprudencia adaptada, los sueltan o bien los traducen frente a tribunales de países ribereños (Kenya, Seychelles, etc.).

Solo Holanda (que aplica un antiguo derecho anti pirateria que ha resucitado), así como España, Francia y Bélgica que están adaptando su derecho a las directrices de la Convención de Montego Bay (Jamaica) auspiciadas por la ONU, juzgan a los detenidos en su país. O los entregan a la jurisdicción del Puntland (zona independizada de Somalia, pero no reconocida internacionalmente) que, al ser parte interesada, los encierra sin demasiados miramientos.

Pero ahora, unos piratas detenidos por una fragata alemana acaban de ser liberados por el Alto Tribunal de Kenya, alegando no tener, por principio, jurisdicción sobre crímenes cometidos en alta mar y fuera de sus fronteras (lo que es falso ya que precisamente las normas de Montego Bay declaran la "universalidad" de los delitos de piratería).

Y lo malo es el precedente de vacío de derecho que esta sentencia crea y sobre todo al ser unos detenidos por Alemania, país que tiene dudas (morales o éticas) sobre la legalidad de su proyección militar al extranjero.

Lo mejor en estos casos: revivir la practica de los navíos de Su Graciosa Majestad en los tiempos de Sir Francis Drake. Colgar a los piratas del palo mayor, y aquí paz y allá gloria.

Coronel Von Rohaut

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