A pesar que en Barcelona le acogimos como refugiado político e intelectual hace un montón de años (como a otros "sudacas" que aquí eclosionaron) y que editores catalanes le editaron sus libros y aquí se dio a conocer, el flamante Premio Nobel de Literatura, buen escritor, no puede ocultar su odio hacía lo auténticamente catalán, nuestras raíces nacionales y distintas. Cría cuervos y te sacarán los ojos.
Hace ya muchos años, en discursos y escritos, arremete contra los nacionalismos en España, pero solo contra los periféricos. Y precisa que, a pesar de la violencia del nacionalismo terrorista del País Vasco, lo más peligroso y nocivo para España sea el inteligente, sutil y eficaz nacionalismo catalán. Y quizás tenga razón, desde el punto de vista español. Ya lo dijo también, hace años, Felipe González.
Pero lo que jamás ha condenado Mario Vargas Llosa es el nacionalismo castellano y centralista el cual, por disponer de todas las palancas del poder de un estado, es mucho más virulento, exclusivo e intolerante que los peninsulares periféricos los cuales, pobres, solo pueden estar a la defensiva para sobrevivir ante la voracidad que los quiere fagocitar.
Vargas Llosa, antinacionalista de boquilla y por estética, pero descarado ultranacionalista español, es otro cabronazo de tomo y lomo.
Coronel Von Rohaut
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