miércoles, diciembre 22, 2010

El espíritu de la Navidad



En Irak, la población de credo cristiano, mayormente sirios y caldeos y habitantes del país antes de la islamización, han tenido que emigrar al extranjero o están siendo masacrados. Han pasado a menos de la mitad de lo minoritarios que ya eran (pero respetados en tiempos de Sadam...)

En Egipto, los cristianos coptos (católicos u ortodoxos griegos), de los más antiguos del mundo y también muy anteriores a la llegada o invasión de los árabes, son perseguidos y asesinados y pronto desaparecerán.

También se producen a diario, asesinatos y masacres de cristianos en Pakistán, en Indonesia, etc.

Por descontado que en la Península Arábiga, especialmente en Arabia Saudí, la practica cristiana está absolutamente prohibida. Y en la mayoría de países mahometanos en los que está tolerada, cualquier actividad se considera "proselitismo" y, como tal, perseguida jurídicamente y castigada hasta con la muerte.

Mientras, en España (y en toda Europa), cada día los inmigrantes desharrapados que llegan a nuestros países en busca de comida, trabajo y algo de futuro, no paran de exigir la autorización para la construcción de mezquitas, cada día más y cada día más grandes, incluso con subvenciones.

Y en una escuela de Andalucía, un niño protestó porqué el profesor explicaba, en una clase, que el frío era bueno para la curación del jamón; y la sola mención de este excelso producto del venerable cerdo, nuestro puerco de cada día, le ofendía. Y la familia del mocoso moro de mierda, más ofendida aún porqué el maestro se negó a doblegarse ante la superstición de unos invasores y modificar su plan de estudios (toda su cultura y civilización, diría yo), le denunciaron a las autoridades que, creo, no han admitido la absurda y kafkiana demanda (si bien parece que recurrirán).

Y me parece bien que recurran y que defiendan su credo. Y, sobre todo, que se abstengan de comer jamón en su puta casa y ellos se lo pierden. Pero una vez admitido su recurso a trámite yo, siguiendo con el trámite y en el más puro espíritu navideño, los envolvería en una chilaba, les cubriría con un velo o chador, niqab o niyab o como cojones se diga, y de cabeza al mar purificador y a casa nadando. A menos que, buenamente, voluntariamente y de buen rollo, se marchen a su puto país. Y si son españoles, no veo mejor razón que esta para despojarles de toda nacionalidad, derecho de ciudadanía e incluso cualquier derecho humano. Por qué todo derecho comporta unas obligaciones y la principal es la de respetar al país que os acoje, putos moros maricones.

Y a tomar por retambufa...

Coronel Von Rohaut

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