O en la lengua del Imperio, ¡ coño !
En Madrid se ha liado un "pandemónium" de mil pares de huevos con la concesión, arrancada por los nacionalistas periféricos, de poder hablar en sus lenguas "regionales" o "vernáculas" respectivas, en el "Sancta Sanctorum" del Senado español.
Y les entiendo. No tienen razón, ninguna razón, cuando dicen que para qué malgastar en "pinganillos" y en traductores/intérpretes, cuando existe una "lengua común" que entendemos todos, que es el castellano.
No tienen razón en que sea una lengua común. El castellano es la lengua común de ellos, de los castellanos (y pueblos asimilados o que la aceptaron voluntariamente desde un principio, como aragoneses y otros). Pero para los naturales de otras naciones, como los catalanes y gallegos, fue una lengua impuesta por la fuerza de las armas y la ocupación y dominio del territorio en un primer momento, la labor de zapa de funcionarios ocupantes después, la promulgación de leyes tendenciosas siempre; y finalmente aquí, el ahogo y dilución de la lengua propia, el catalán, por parte de las sucesivas y premeditadas oleadas inmigratorias de hispanoparlantes y su capacidad demográfica. Una especie de "marcha verde" invasora.
Esta mañana un político centralista decía por una radio que el español (así le llaman ellos, entendiendo una parte por el todo) era la lengua de todos porqué era una lengua de pacto. Sí, el pacto entre sus cojones y nuestra cobardía, todo sea dicho alto y claro. O pacto porqué, algunos, los "botiflers" o vendidos de siempre, así como capas de población de bajo nivel cultural en algunas regiones, de poca autoestima o limitado orgullo nacional de pertenencia, en algunos territorios peninsulares la aceptaron sin o con poca resistencia.
Y luego están los que, viviendo en Catalunya, se siguen sintiendo y quieren permanecer siéndolo, total o parcialmente españoles; en lo que están en su pleno derecho. Pero que no nos impongan su derecho a los demás y que acepten que, en Catalunya, son unos extranjeros o residentes; no unos catalanes que, esto, hay que quererlo ser y aceptar todos los derechos y obligaciones que ello comporta. Y que una nacionalidad (la del corazón, no la del DNI o administrativa impuesta) es exclusiva y jamás puede ser compartida, salvo con graves trastornos psíquicos e incluso gástricos (por lo del "Corazón partío", que causa flojedad del esfínter).
Pero como que lo que sí es cierto es que el castellano lo entendemos todos, que se hagan traducciones en el Senado sí que me parece una "carallotada", una "ximpleria", un brindis al sol, estúpido e inútil. Y clikando aquí podrás acceder al artículo de Sostres en "El Mundo" (nada menos).
Porqué los que malgastan sus esfuerzos y desvelos para que en España florezca el símbolo del multilingüismo, que nunca jamás será aceptado por los fanáticos monolingüistas castellanos, si quieren defender el catalán, en lugar de luchar por un "gesto" mejor harían luchando por la independencia de Catalunya. La mejor defensa de una lengua, de una cultura (la única me atrevería a decir yo) es tener, detrás, la fuerza de un Estado. Todo lo demás son "collonades" y acciones de vuelo gallináceo.
Proclama la Constitución del "Estat Catalá" y que uno de los primeros artículos, breve, conciso y rotundo, sea:
"El catalá es la llengüa de Catalunya".
Y con este "es LA lengua de", ya queda todo resuelto. Ni hace falta decir que es la única, ni que todo el mundo tiene la obligación de conocerla y emplearla, ni que los jueces la han de asumir, ni que sería bueno defender la "cançó" ni "els Cors de Clavé", ni el teatro catalán ni el "ball de bastons", ni doblar las "pelis", ni que ha de ser la lengua vehícular en las escuelas (*). Todo, repito, todo se dará por añadidura.
Y en Madrid y demás tierras conquistadas, que sigan hablando, mal por cierto, lo que les salga de sus santos cojones. A mí me la suda.
Aquí, si queremos, ya lo estudiaremos, después del inglés que es la "lingua franca" y universal. Porqué el español, a nivel internacional y fuera de los países latinos, en Estados Unidos por ejemplo, es cierto que se está expandiendo pero como la lengua de las "chachas", los jardineros, barrenderos y limpiadores de piscinas.
¡Que les den...!
Coronel Von Rohaut
(*) ¿Alguien ha leído jamás que en Alemania digan que hay que estudiar en alemán? ¡Coño! "ça va de soi".
Cae por su peso, mamones.
Benvolgut coronel,
ResponderEliminarCom ja sap, no només sóc català per neixement, sinó per vocació i em considero profundament catalanista.
Tinc dues llengües propies: el català i el castellà. Per a mi, “tanto monta” un com l’ altre.
No em vengui històries de “butiflers” i altres menudeses sobre el tema.
Sr. Rohaut, pot tenir les seves idees que les exposa (brillantment, per cert) en el seu blog, però no es corresponen en absolut amb la realitat.
Com deia en Salvador Espriu, els catalans tenim l’immesa sort d’haber pogut accedir al castellà. Si parléssim en termes de “copyright” el castellà fòra un dels grans actius que tenim a Catalunya.
La meva consideració és que “butiflers” són els que renuncien al nostre patrimoni i el pretenen cedir de franc als castellans. Tot i que, a dia d’avui, el principal propietari, sens dubte, és Mèxic i desprès USA, en la mesura que són les nacions on més es parla aquesta llengua.
Rebi una salutació cordial.
General Rogelius
Estimats Coronel.
ResponderEliminarEl fet que es pugui parlar altres llengües a part de la castellana el Senat ho trobo anecdotic.
Primer de tot hauriem de saber per a que serveix el Senat, a part de ser el "retiro" dels politics que ja han complet la seva etapa activa i no volen marxar el EuroParlament.
Respecte el comentari del General Rogelius, no se si si dir "l'immensa sort d'haver pogur accedir el Castellà" ha estat un comentari ironic, posats a triar hagues preferit la sort de accedir el Anglés i no va ser sort el que ens va fer accedir el castellà, mes haviat les banyonetes.
Salutacions
Abas