Me parece muy bien que, por educación, se respeten las costumbres de los países en los que estás destinado y que se practique la "confraternización" pero que, por "corrección política", te bajes los pantalones hasta obligar a un soldado femenino francés, en Afghanistan, a ponerse un velo para salir a la calle o invitar a "dignidades" islamistas a las ceremonias fúnebres de militares franceses caídos y que estos aprovechen para charlar sin ningún respeto y beber tanto como puedan, me produce asco.
En este artículo vínculado se puede leer la denuncia formulada oficialmente por un sacerdote militar católico del 2ème REP (2º Regimiento Extranjero de Paracaidistas de la Légion). Es una vergüenza.
Coronel Von Rohaut
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