jueves, enero 20, 2011

Tiene razón, sí, vaya pesadez


Un catedrático de Derecho Constitucional, catalán traidor y "botifler" (*), hijo de franquista histórico al que el ADN no ha abandonado, sigue imperturbable e impasible el ademán y yo no es la primera vez que me meto con él

Los catalanes somos expoliados, fiscalmente saqueados por la voracidad del estado centralista español, mientras las buenas gentes de la meseta o asimiladas, malignas unas o mal informadas y manipuladas las más, nos desprecian visceralmente y nos lo hacen saber a cada instante y en cualquier ocasión, en lugar de agradecer lo que nos deben. Tras de cuernos palos o "ser cornut i pagar el beure".

Y si nos quejamos, nosotros que somos las víctimas atracadas, somos acusados de victimismo. Y este malaje, con su pose despectiva de ser que se cree intelectualmente superior, en su artículo de hoy en la prensa diaria dice que ya está harto del victimismo catalán y que "vaya pesadez".

Pero la pesadez será la que venimos soportando, por los siglos de los siglos, los catalanes ¿no?

O quizás si que es pesado, muy pesado, el tener cerca, de vecino, a este sujeto infumable (**), uno de los fundadores/inspiradores del partido político, "botifler" y quintacolumnista a partes iguales, de los "Ciudadanos". Por lo menos otro de sus amigos y correligionarios, el Albert Boadella, nos hizo el favor de largarse a Madrid. De otro, el Arcadi Espada, lo ignoro pero ojalá también se hubiera autoexiliado. Catalunya ya tiene bastante con sus tontos de buena fe; no necesita a los malvados.

Coronel Von Rohaut

(*) Lease aquí, clikando, la definición de "botifler".
(**) Por sus posiciones políticas españolistas. Sobre otros temas, alguno de sus trabajos me puede gustar. Por ejemplo, en la crítica que hizo del libro del historiador Enric Vila sobre la biografía de Lluís Companys, puedo estar incluso totalmente de acuerdo con Carreras que, a su vez, lo está con Vila cuando desmitifica al President-Mártir: tuvo un final heroico pero fue un mal President y un político pésimo. El que yo sí sea catalanista (y Carreras no) no me impide aceptar la verdad, cuando la conozco. Pero comulgar con ruedas de molino, no. No trago.

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