Durante tiempo y todavía hoy, los periodistas deportivos madrileños o madridistas no consentían que se dijera que Messi era el mejor jugador del mundo y, siempre, tenían que insertar a Cristiano Ronaldo en la comparativa.
Cuando en el Barcelona no juega, por descanso o porqué, estando en el campo, Messi se toma algún pequeño respiro, el equipo juega bien, combina, lo hace bonito pero no hay definición, falta la chispa. O, como decía aquel gran entrenador argentino, el filósofo-poeta César Luis Menotti: "no concretisamos...".
Hoy y por primera vez en esta temporada, en el Madrid no ha jugado Cristiano y, según cuentan, no solo el equipo está jugando bien y ganando, si no que ¡oh paradoja y con su máxima estrella en casa! está haciendo el mejor partido de la temporada (*).
Ahora dime tú quién es el mejor jugador del mundo ¿el que pone la guinda (que además del máximo goleador es de los que más asistencias dá) o el que, con su egoísmo (allí dicen: espíritu ganador) impide que el conjunto rinda a su nivel?
Y cada vez que por estos estadios de Dios se escucha aquel cántico, repetitivo pero feo, de "ese portugués, hijo de puta es", me viene a la memoria el dicho que me contaban cuando yo visitaba a menudo la ciudad gallega de Vigo: "de una puta y un vigués nació un portugués".
Por la misma época, en Toledo decían: "de una gitana y un toledano nació un talaverano"; pero en Talavera lo aplicaban al revés.
Y en Oviedo, los coches llevaban una pegatina que decía: "Oviedo, la ciudad madre de la vida padre". Mientras que en Gijón, donde el Sporting estaba en primera división mientras que el Real Oviedo estaba en segunda (ahora peor, está en 2ª B), decían: "Gijón, fútbol de Primera División a media hora de la capital".
No tiene nada que ver con lo anterior, pero es que me he ido acordando...
Coronel Von Rohaut
(*) Que sí, coño, que ya sé que, como decimos en catalán, una flor no hace verano.
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