miércoles, julio 13, 2011

¿Pero dónde están los vietnamitas?


Al finalizar la Guerra de Argelia se refugiaron en Francia miles de inmigrantes argelinos. Pero sus hijos y nietos, segundas y terceras generaciones ya nacidos en la metrópoli y franceses por derecho propio, se niegan a integrarse; siguen practicando (más o menos) su mierda de religión islamista y retrógrada y mantienen sus costumbres y pautas culturales que, en muchos casos, son contrarias a la ley y al derecho común así como a muchos derechos humanos adquiridos en Europa.

En algunos casos su integración y occidentalización ha sido dificultada por las crisis económicas y, claro que sí, por un cierto grado de humillaciones y discriminaciones por parte de los franceses autóctonos y racistas. Pero muchos de ellos tampoco han ayudado ni han querido. Como cuando silban La Marsellesa en los estadios de fútbol, viven en "ghetos" en la "banlieue", la periferia suburbial, y se organizan en bandas criminales o practican la delincuencia juvenil y la algarada sistemática. Mientras obligan a sus mujeres, por la fuerza o la simple presión social, a vestir como fantasmas y ser ciudadanas de segunda.

Pero al finalizar la Guerra de Indochina también llegaron oleadas de inmigrantes del sudeste asiático. También fueron recibidos con animadversión y repudio y debido a su condición económica tuvieron que reunirse en "ghetos". Pero trabajaron y con su laboriosidad abrieron bares, restaurantes y comercios étnicos. Se situaron. No dieron problemas y como le hacía ver a mi hijo un amigo suyo parisino, nunca se ve por la tele ni se lee en la prensa ninguna recriminación contra dichos vietnamitas (menos que los árabes pero también llegaron miles), que no incordian.

Tampoco aquí habrás oído nunca en los noticiarios ningún caso de disturbios provocados por ellos en ningún país de Europa o en Francia, hasta preguntarte "¿Donde están los vietnamitas?". Pues integrados...

Como los vietnamitas (los "boat people") que llegaron a los USA al finalizar la Guerra de Vietnam o los refugiados de la anterior Guerra de Corea. Que trabajando 24 horas al día y sacando brillo a las manzanas, consiguieron heredar las tiendas de fruta antes explotadas por los italianos (por ej.) y que ahora, cuando hay disturbios callejeros protagonizados por los negros del Bronx (*), protegen con pistolas sus propiedades y el bienestar que les ha costado ganar.

Luego el problema no somos nosotros, los países receptores de las emigraciones, si no ciertos países emisores de etnias como los turcos, "pakis" y putos moros de mierda, que no son capaces de reconfigurarse, actualizarse, despertar de su letargo y abandonar culturas (más que culturas, malas costumbres) castrantes para la modernidad y la civilización.

Coronel Von Rohaut

(*) Libres de la esclavitud desde hace generaciones y en un país libre, pero que no han conseguido hacer camino... ¿Puedo decir que quizás también sea un problema étnico o de raza?

2 comentarios:

  1. Querido Coronel,
    Nada nuevo bajo el sol, ni tampoco en sus opiniones.
    Siempre son más de lo mismo, y no lo digo peyorativamente sino antes al contrario, alabando su coherencia.
    En el tema de los marroquíes o magrebíes, ( por vuecencia llamados “moros de mierda”) , no sé si por creación propia, o copiando la definición del gran “Makinavaja”, en mi pueblo de Roda de Bará, hace 30 años que tenemos inmigrantes del norte de Africa.
    Para nada integrados con la población, antes todo lo contrario.
    Ni bailan sardanas, ni van a Montserrat, ni sus mujeres visten occidentales, aunque casi todos, eso si, van con camisetas del Barça.
    Con el paso de los años, han mejorado económicamente y donde había aquellas bicis de piñón fijo, ahora hay sendos automóviles, (aunque la mayoría de 2ª mano)
    Pero de lo que quiero dejar constancia, porque es de justicia, es que durante todo este tiempo en ninguna ocasión han protagonizado actos de violencia.
    Siempre han tenido un comportamiento correcto.
    En el peor de los casos, algún hurto que otro, pero más en los supermercados y en la farmacia, que en tiendas de alto standing.
    Como sabe, querido coronel, yo no soy racista, aunque quizás sí estoy un poco en contra de los inmigrantes pobres, porque no tendría ningún inconveniente en pasar un final de semana en el Palacio del Rey de Marruecos, ni tampoco en el de Arabia Saudí, incuso hablando de orientales estaría encantado de ser recibido por el Emir de Qatar.
    No sé por qué me da la sensación que, para casos como este, hasta incluso vuecencia haría alguna excepción .
    En definitiva, mucho menos racismo, y más clasismo, esa es la realidad de lo que hay.
    En Roda no tenemos vietnamitas. Seguramente porque los españoles sólo estuvimos en una ocasión en Indochina.
    El tiempo necesario para echar una mano a los franceses que habían sido rebotados y restituirles el territorio que habían perdido.
    Un abrazo.
    General Rogelius

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  2. El problema es la densidad. Un conocido mío de Granollers tenía hacía tiempo un empleado moro, casado con una chica mora que había ido a buscar a su país pero con la que llevaba a una vida muy normal e integrada, sin bailar sardanas pero sin velos ni rezos en la calle de cara a la Meca.
    Hasta que hubo una llegada más masiva y a su escalera fueron a vivir tres o cuatro familias moras más. Cuyas mujeres iban con velos y empezaron a visitarles imanes. Al poco su mujer, por la presión circundante, también dejó la minifalda y se envolvió en túnicas y pañuelos de cabeza. Y se jodió el invento de la integración... Y hasta el antiguo obrero empezó a comportarse de forma más huidiza en su lugar de trabajo.
    Ha empezado la reconquista de Al Andalús por las falanges almorávides...

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