Leo unas estadísticas de audiencias de televisión según las cuales las cadenas y/o programas que han retransmitido en directo las paparruchadas de la visita del Benito XVI (sermones caducos, vía crucis pantomímicos, etc.), han descendido en sus "shares" y han bajado en su número de seguidores. Y me alegra.
Y nada que ver con las alabanzas, ditirambos, y discursos ridículamente laudatorios y papanatas soltados por cadenas "amigas" como la COPE, Intereconomía, etc. Porqué ha sido un éxito, sí, de miles de extranjeritos "kumbayá" (*) que han venido a pasar unos días de vacaciones al sol de Madrid, a la mayor gloria del Rouco Varela y el nacionalcatolicismo mesetario y centralista (**).
Y mucho más me alegraría si descendieran proporcionalmente los seguidores de la tóxica religión musulmana y los creyentes de esa secta criminal y retrógrada, el islamismo, inventada por un delincuente y pederasta llamado Mahoma o Muhammad o Mohamed o Mehmet o como coño quisiera llamarle su santa madre.
Coronel Von Rohaut
(*) Pero peor los "indignados" o gilipollas que han hecho contramanifestaciones. Se es ateo, agnóstico o incluso tan solo laico, por inteligencia y no por exhibicionismo de pancartas.
(**) Hace un año el Papa vino a Barcelona para consagrar la Sagrada Familia, la obra insigne del artquitecto Gaudí, y el Rouco no tuvo nada que ver. Pero ya procuró que, para que no se focalizara demasiado en Barcelona, en el mismo viaje el Papa se diera un rodeo por Santiago de Compostela y luego no ha parado hasta que lo ha llevado a Madrid, capital del Universo y del Mundo mundial, a realizar un "show" de rockero trasnochado.
Es lógico que haya disminuido el ratio de seguimiento respecto a las visitas de Juan Pablo II, ahora la gente no lo ve como novedad, pero las actitudes irrespetuosas de los llamados indignados, mi coronel, me producen indignación. Al margen del derecho de los católicos, la JMJ ha producido beneficios económicos, no como el 15 M que solo ha producido basura. Al final habrá que combatir a esos indignados o se nos comerán.
ResponderEliminar