Justo 10 años después del ataque a las torres gemelas de New York, se considera que la victoria de los terroristas fue doble: por un lado el daño directo, con miles de víctimas, que causaron en el mismo corazón de Occidente y por otra la histeria que crearon y que llevó a la aparición de un gigantesco, carísimo y contraproducente Estado Nacional de Seguridad.
Estado perpetuo de histeria que lleva a que el simple anuncio, creíble pero no confirmado, que tres terroristas entrenados en las profundidades de las montañas de Pakistan amenazaban con poner bombas, baratas y fáciles de fabricar, cerca de Washington y New York, volvieron a poner todo un país patas arriba.
Coronel Von Rohaut
En el verano de 1977, un estudiante de Harvard demostró que era posible construir una bomba atómica de bolsillo en un laboratorio para estudiantes de física, a falta del material nuclear. Este trabajo interesó a las autoridades y a partir de el se hizo un estudio de la Rand Corporation para analizar la probabilidad de atentados con armas de destrucción masiva en Occidente. El resultado fue demoledor, pero nadie hizo nada hasta 9/9/2001. Hasta que no ocurre no toman las medidas, y luego se pasan.
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