Aún que estuviera acordado desde hace 4 años, Rusia ha suministrado ahora, en pleno follón, 2 baterías de missiles anti buque basadas en tierra, a Siria y para la defensa de sus costas.
Cada batería se compone de 8 lanzadores dobles (como en la foto) más los elementos (camiones) de control y soporte logístico.
Un total de 72 missiles de alcance medio, con un coste total de 300 millones de dólares pero que, en caso de crisis, pueden poner en peligro los buques de la 6ª Flota americana que cruzan por el Mediterráneo Este, así como navíos de la vecina marina israelí.
La "pela es la pela" pero los rusos, muy amigos nuestros (el mundo occidental), no son. Y si finalmente el régimen sirio cae, estos materiales pueden ir a parar a Irán a través de Hezbollah, o a facciones islamistas extremistas que se puedan apoderar del país en la actual quasi-guerra civil.
Coronel Von Rohaut
Parece que Putin ha vuelto a ganar las "elecciones", mi coronel.
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