Estoy jodido, desilusionado, frustrado, desengañado, no sé si mucho más cabreado que decepcionado. Cansado ya... quizás.
Ya sé que querer poner en marcha una línea aérea, no "low cost" si no con ínfulas de compañía aérea "de bandera" o, por lo menos, con capacidad para volar e instaurar enlaces con aeropuertos transoceánicos que permitieran a Barcelona convertirse en un "hub" o centro de distribución, en tiempos de penuria o crisis económica, no ya sin un estado que apoye la idea sino ni autonomía política para hacerlo y sin medios económicos suficientes, era de una temeridad tremenda; incluso, quizás, una imprudencia.
Pero había que hacerlo, sobre todo cuando la compañía "de bandera" nacional española, "Iberia", había cesado casi todos sus vuelos desde el aeropuerto barcelonés de El Prat (pasándose por el forro de los cojones las cifras o datos del mercado, tanto actual como potencial) y había trasladado y centralizado toda su actividad en Madrid/Barajas. Cuando quería mantener al Prat solo como un aeropuerto regional y proveedor de pasaje a Barajas para sus vuelos intercontinentales, de los que le dejaba el monopolio por una decisión exclusivamente política. Cuando ya casi ha finalizado la operación de hacer bascular hacía Madrid la capitalidad económica de España (la político-financiera ya la ha tenido siempre). Cuando España estaba dejando bien claro que a Barcelona la quería situar como a una ciudad de provincia más, y a Catalunya tan solo una región, y provinciana, de la única nación, para ellos, que es la España de matriz castellana.
Y "Spanair" ha quebrado y ha cesado abruptamente su actividad y sus vuelos. Cierra la barraca. Y los mismos gobernantes que o no la han ayudado o incluso la han empujado hacía el abismo, hasta la quieren multar por la forma de cerrar...
Claro que aquí también se han hecho las cosas mal. No se ha sabido encontrar un socio industrial y financiero (una primera línea internacional) posiblemente porqué las cifras de la deuda y las pérdidas asustaban. La sociedad civil, los capitalistas de la cobarde, rácana y pusilánime burguesía catalana, no fueron capaces de poner los medios necesarios, por falta de visión y de empuje. El gobierno local puso el capital inicial pero, falto de recursos, muy insuficiente; además, amenazado por las autoridades europeas por subvencionar una empresa privada, tras la denuncia de unos competidores pérfidos y ruines, se acojonó y fue incapaz de contraatacar alegando que los mismos que le denunciaban eran los que recibían ayudas clandestinas del gobierno español y que ello a nadie le parecía mal.
Pero como que las desgracias nunca vienen solas, hacía pocos días que el nuevo gobierno centralista y ultranacionalista español había derogado el proyecto de ley socialista que, tímida y vergonzosamente, de forma totalmente insuficiente, había abierto un poco la posibilidad que el gobierno catalán entrara en la gestión de un semi-privatizado aeropuerto de el Prat. La nueva ministra Ana Pastor lo había dejado bien claro: de ninguna manera se iba a permitir (y lo dijo casi con esas mismas palabras) que el aeropuerto de Barcelona intentara hacerle competencia al suyo, al de Madrid...
Si le sumamos, y voy a quedarme corto pues no quiero redactar un extenso memorial de agravios, las trabas puestas, en Catalunya, a la enseñanza normalizada del catalán como lengua propia (*), a la negativa a que el catalán sea obligatorio para los funcionarios españoles que aquí ejercen, lo que obliga a gastar unos dineros en traducciones en el ámbito judicial, por ejemplo, o que en el aeropuerto, otro ejemplo, unos guardias civiles detengan e insulten y hasta golpeen a un ciudadano que se dirigió a ellos en catalán..., todo para que la gente se canse y deje de incordiar con su "lengua extraña" y se someta al centralismo cultural, etc. etc.
Y está claro que no voy a entrar hoy en el tema, ya muy tratado, de la financiación y el expolio fiscal o robos varios, infraestructuras tercermundistas y el injusto trato comparativo con las autopistas, trenes de gran velocidad, etc.
Pero lo que está más claro que nunca es que el viejo proyecto castellano-español de uniformidad nacional, de desintegración y aniquilamiento económico de Catalunya, dándole todo el poder a Madrid, está llegando a su objetivo y triunfo final.
¡Porqué Catalunya, su independencia o soberanismo no tiene, hoy, un liderazgo capaz que la despierte! Unos porqué no pueden y los que quizás podrían, no quieren...
Coronel Von Rohaut
(*) Después de las quejas interpuestas por "quintacolumnistas" y terroristas lingüisticos del PP y/o de Ciudadanos, Convivencia Cívica (sic), etc., el gobierno central acabará dinamitando el actual sistema de "inmersión lingüista", quitándole horas mediante normas o programas escolares igualitarios nacionales, etc.
Dadas las circunstancias y la forma como se ha hecho, mi coronel, ¿no será una maniobra para favorecer a Vueling?
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