miércoles, enero 04, 2012

¿Qué iguala un bastardo a un hijo de puta?

El que ambos los dos son gobernantes españoles, igual da sean de izquierdas o sean de derechas. Altivos y orgullosos hidalgos que presumen de su palabra dada y, como ya dice el refrán, "Dime de qué presumes y te diré de qué adoleces".

La ministra "sociata" y gilipollas, la Elena Salgado (a las órdenes del "trilero" ZP), mandó a las "calenda grecas" o sea, al limbo, el abono de 1.450 millones de euros del "fondo de competitividad" y que se le deben a Catalunya. Y ahora  Rajoy también se hace el "sueco".

Ni pagó los 759 millones de la "Disposición adicional tercera del Estatut" (una Ley Orgánica española) que corresponden al año 2008 y ya estaban presupuestados para el 2011, pero al final se esfumaron. Y también en este caso, el nuevo gobierno del PP y sus máximos dirigentes se desentienden, con excusas de mal pagador o sea, españolas. ¡No pagan ni lo que aceptan que nos deben... ya ni te digo lo que, encima, nos roban a mansalva, saquean, expolian!

Y ahora estos malnacidos e hijos de madre ramera, especialmente a través de sus voceros "ultranacionalistas españoles" (*), después de robarnos a los catalanes entre 16 y 22 mil millones de euros cada año, intentan darnos lecciones y exigen que cerremos las embajadas u oficinas comerciales de Catalunya en el mundo con la excusa que malgastamos 40 millones de euros "de todos los españoles".

¡Madre, qué habremos hechos los catalanes, en qué habremos ofendido a Dios, para estar sometidos a los malditos castellanos!

Coronel Von Rohaut

(*) Para irme a dormir con las pilas bien recargadas de mala leche, acostumbro a escuchar (no todos a la vez, por favor...), y deleitarme, con los vocingleros y vomitivos ex-abruptos, las falacias, vituperios, injurias, agravios, ultrajes, mofas y escarnios, insultos tabernarios y mendaces de los Dávila, Vidal, Losantos, Conde, Jiménez, García Serrano, Inda, Cendoya, Durán, Nart, Castellano, Tamames, MAR, Alberdi, Tomás, de Miguel, Ramírez, Curri Valenzuela, y tantos y tantos pares de energúmenos, salvajes y fanáticos individuos (e individuas) de la fauna hispana que, con sus vómitos nauseabundos inundan, desde su caverna mesetaria, las ondas radiotelevisivas de la península ibérica. ¡Que Dios me perdone, a mí por escucharles!
A ellos no, ¡coño! Ellos, todos, al paredón (virtual) para, por lo menos, escupirles a la cara...

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