Desde ambos extremos del arco político catalán se empeñan, con ilusión y fé dignas de mejor causa, en tocarnos los cojones; bueno, mejor los cojoncitos ya que la gran tocada de huevos viene siempre del centro geográfico de la península ibérica o sea, Madrid como concepto.
Por un lado los fumados (*) de CIU se han de inventar pequeñas múltiples tasas para compensar lo que se dejará de ingresar por la tasa turística que los ultramontanos del PP no le dejan imponer. Ergo, pagaremos más impuestos los indígenas, los catalanes y residentes aquí, por no poder hacerles pagar algo, una nimiedad ciertamente, a los turistas y extranjeros que nos visitan. Por cierto, tasa turística que ya los hoteleros mallorquines y sus amigos del PP (entonces en la oposición) impidieron que se aplicara en las Baleares, cuando es una pequeña tasa que lleva años cobrándose en París, Nueva York y otras ciudades, sin que nadie proteste ni casi nadie lo note.
Por otro lado los dirigentes sindicales de Barcelona (**) organizan una huelga para los días en los que se celebra en la ciudad un evento de gran importancia económica y que deja beneficios a la ciudad. Derecho de huelga, sí, por descontado. ¿Pero para torpedear algo que genera ocupación? Yo ya me temía que algunos dirigentes obreristas eran o alcohólicos (y no anónimos) o simplemente sinvergüenzas y macarras. ¿Pero hasta este punto...?
Coronel Von Rohaut
(*) Conocí un famosillo corredor de motos, un poco cobarde o cagado él, que para darse ánimos en la salida se fumaba un porro un poco antes de cada carrera...
(**) ¿De izquierdas dices...? No me hagas llorar; solo hace falta ver los relojes de lujo que colecciona uno y los viajes turísticos al Caribe que se pega el otro. Y todos los dirigentes y liberados sindicales cobran del estado, lo que es la mofa, la chacota suprema...
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