jueves, marzo 29, 2012

¿Como escuchamos la música, hoy?


Pues como explicaba un especialistas ayer en un artículo, mal. Muy mal.

Comentaba que hoy la música se graba mejor que nunca (*) pero se reproduce peor que jamás. Los soportes electrónicos no superan ni de lejos a los viejos vinilos. Claro que la limpieza con la que los oímos y la ausencia de sonidos parásitos que causaban los discos viejos o mal tratados nos dan la impresión, falsa, de una audición perfecta. Pero la llegada del método de compresión como el MP3, para meter más piezas en un CD o en un lápiz de memoria ocasiona una notable pérdida de matices que, a un oído experto, a un "amateur" de buena música, le puede producir malestar.

La llegada de la electrónica arrambó los viejos gramófonos y gramolas y causó una revolución en la reproducción de música. Yo recuerdo que, al poco de casarme, me equipé con un buen conjunto formado por un amplificador (más "tuner" radiofónico y platina de "cassette") de la marca Mitsubishi (que luego se dejó de fabricar pero, como el "Yamaha", eran de buena calidad), así como un "pick-up" o plato gira-discos inglés, de la marca "Garrard" (con cápsula o aguja americana "Shure"), considerado de los mejores junto con el suizo "Lenco". Y sobre todo, un par de altavoces americanos, que seguían siendo mejores que los japoneses, de la marca "Advent" y con caja grande y de madera, que hace años cumplieron su ciclo vital.

Actualmente, aparte de la compresión en la parte del transporte o almacenamiento, normalmente la gente escucha las grabaciones a través de unos altavoces pequeños y de plástico si no directamente los todavía peores de los televisores; nada que ver con la acústica, resonancia y calidez de la madera. Evidentemente, el concepto de Alta Fidelidad o "HiFi" que llegó en los años 50' del pasado siglo, ha pasado a mejor vida.

E incluso entonces los puristas renegaban de los amplificadores de transistores ya que decían, y decían bien, que nada reproducía el sonido en toda la amplitud de su gama como un buen amplificador de válvulas. La marca americana "McIntosh" era la referencia mundial (en la imagen, un modelo de 1967) y si bien yo no la tuve, si todavía recuerdo haber visto, en París, una tienda especializada que los vendía. Y se siguen fabricando en los USA, si bien de propiedad actual japonesa.

Quizás la práctica desaparición (salvo en manos de algunos fanáticos) de la Alta Fidelidad lleve a que la gente vaya más a escuchar la música en vivo (**). Nada puede suplantar la audición en directo, siempre que sea en un local bien acondicionado acústicamente, claro...

Coronel Von Rohaut

(*) Y yo ya tenía, en los 60's, un LP de 33 rpm, especialmente grabado para su reproducción en HiFi, que había sido grabado en un local acondicionado de forma estudiada y mediante no menos de una docena de micrófonos de distintas marcas, características y cualidades, estratégicamente colocados a distintas distancias, etc.
(**) Porqué los niñatos (o no tan jóvenes) que van por el mundo con unos auriculares y escuchando música almacenada en un "walkman" (un invento de la "Sony" de los 70/80) o sus sucesores, los actuales iPod, de Apple, solo buscan ruido, más o menos (menos) armónico, y más o menos (más) rítmico.

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