Mea culpa, mea culpa, mea maxima culpa...

Otras veces ya he explicado que soy uno de estos catalanes agilipollaos que, en vez de escuchar las radios y teles "amigas" que, al final, dicen lo que yo mismo ya diría (por esto dejé de escuchar a Antoni Bassas cuando daba su programa matinal en Catalunya Radio), se masturban espiritualmente torturándose con programas de estos que desprecian, ningunean y, al final, todos insultan a los catalanes. Y al terminar es tanta la adrenalina que se inyecta en mis venas, que chorreo mala leche. Leche agriada y cabreada que me permite encarar el día lleno de energía.

Me inicié en las mañanas gloriosas de aquel brillante "crack" de la mentira y la tergiversación que era el Fedegico Jiménez Losantos y ahora continúo con las nocturnidades alevosas de  "El Gato al Agua", "Futboleros" y "Punto Pelota", muchísimo menos brillantes. No íntegras ya que a pesar de mi gran fuerza y entereza, mi sensibilidad no lo soportaría; voy zapeando.

Pero hoy mismo me he visto fotografiado, radiografiado y escaneado en un artículo periodístico, en catalán, que se puede clikar aquí. Y al verme reflejado en prosa ajena, ha sido tanta mi vergüenza y a Dios pongo por testigo de ello, que a partir de hoy juro por el Señor Todopoderosos que está en los Cielos, así como por la Santísima Trinidad (*), que jamás volveré a pecar, digo a escuchar o ver, estas guarrerías hispano-pornográficas.

Y si algún día caigo en la tentación, Dios no lo quiera pero la carne es débil y puedo sufrir alguna recaída, no lo diré a nadie. Lo sufriré en silencio y con resignación cristiana; me servirá de mortificación. Como si fuera el cilicio de los miembros numerarios del Opus Dei.

Coronel Von Rohaut

(*) Que nadie sabe qué coño es. Te dicen, es que Dios es "uno y trino". Y yo sí que trino, cual pájaro carpintero encerrado en jaula metálica.