lunes, abril 30, 2012

La religión y la dietética

No estoy seguro de como funciona en España, pero no me extrañaría que, como ya es habitual en Francia y otros países, en las cantinas y comedores de las escuelas se tenga un cuidado especial en ofrecer comidas "religiosamente correctas" para las distintas comunidades, como puede ser "halal" para los musulmanes (sin nada de cerdo, carne sacrificada según un ritual específico de desangrado y controlado y certificado por un "imán", etc.). Y en muchas escuelas e institutos, para no complicar la confección de los menús, toda la carne la sirven "halal" y así contentan a los "moros" y consideran que los cristianos no se enterarán o les dará lo mismo la unificación; pero no sabe igual ni tiene las mismas características alimenticias, con lo que se perjudica a nuestros niños.

Y ahora me entero por la tele que en un centro de detención de extranjeros (y no sé si es así en todas las cárceles) de Barcelona, también se confeccionan dos tipos de menús, para respetar a los musulmanes. ¿Y qué respeto me tienen ellos a mí?

En mi opinión, y lo expongo sin acritud, en los comedores colectivos y donde la comida la paga o subvenciona el estado o la comunidad, los menús únicos e iguales para todos (excepto para los diabéticos y otras excepciones clínicas), deberían establecerse solo de acuerdo a estrictas normas económicas y dietéticas. No, y en absoluto, según dicten ni religiones, ni tradiciones o costumbres exóticas, ni supersticiones estúpidas y ridículas. El que cocine en su casa o se pague el restaurante, que coma lo que quiera o lo que encuentre. Pero no en las cantinas colectivas de escuelas, hospitales, cárceles, cuarteles militares, etc.

Porqué si cuando yo viajo a Arabia Saudita o muchos otros países, especialmente islamistas, no puedo entrar a un bar y tomarme una cerveza o un licor porqué su religión y, por lo tanto, su ley no permite que me lo sirvan ni pagándomelo yo y, por descontado, sin obligar a que se lo beban ellos ¿Por qué coño de razón, ni corrección política ni hostias, ni ninguna mierda de respeto (que siempre resulta ser en una sola dirección), aquí hemos de someternos a sus reglas?

¡Al mar les echaría yo a todos, y que naden de cara a la Meca...!

Coronel Von Rohaut

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