¡Qué guapísima era la Soraya Esfandiary, la chica iraní joven y exótica de ojos verdes, pero hija de una alemana, que desposó el mayor pero muy rico Sha Reza Pahlevi que luego, como que a pesar de follarla bien no le paria, la tiró (bueno, la dejó arregladita económicamente) y la cambió por otra más joven y más buenorra, la Farah Diba (que malas lenguas decían que la chupaba dibinamente...).
Pero yo quería hablar de otra Soraya, más menuda y racial, hija de militar español luego, con mala leche, pero que disimula bajo una falsa dulzura. Vino, como enviada de la caverna gobernante, a cerrar el Congreso de la franquicia en Catalunya (que no catalana) del PP hispano-castellano, centralista que te cagas y ultranacionalista español.
Para hacer bonito y como dicen, mienten como bellacos, todos los políticos españoles que visitan la Reserva Sioux catalana, soltó aquello que Catalunya es la locomotora de España y que, ojo al dato, su gobierno está volcado en Catalunya.
Juro por los clavos del Cristo del Calvario, que lo dijo sin ruborizarse ni que se le alargara la naricita operada. Y es cierto; yo lo corroboro. El gobierno del PP, como antes los del PSOE, que digo los gobiernos, toda España ella entera, está volcada en Catalunya. Volcada en robar nuestros dineros que se lleva con los impuestos y, en su inmensa parte, jamás los devuelve ni en nuevas inversiones, ni en abono de deudas, ni en pagos legalmente establecidos ni, mucho menos, en ayudas ni subvenciones como hace, con nuestros recursos previamente saqueados, en otras comunidades de la península.
A ella la volcaría yo panza arriba.... y se lo haría gratis, a la mayor gloria de España, y para que comprobara lo solidarios que somos los catalanes...
Coronel Von Rohaut
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