Una Rectora de Universidad dice "Me cuesta imaginar como se pueden harmonizar las nuevas tendencias en el cuidado de los hijos con una vida profesional dinámica".
A mi no me cuesta nada y la respuesta es sencilla, clara como el agua de manantial: "No se pueden".
Pero quisiera hacer algunas puntualizaciones:
- Cuando esta señora, posiblemente brillante por el cargo que ha alcanzado, dice "las nuevas tendencias", supongo que quiere decir "las viejas, las tradicionales, las de toda la vida", ya que lo normal era que las esposas y madres se quedasen en casa cumpliendo con su "rol" natural, que era el concebir, gestar, parir, amamantar, cuidar y educar a los hijos.
- Lo "nuevo" fue cuando estas mismas señoras, cansadas del "rol" dado por la naturaleza, rompieron las cadenas y, en nombre de una igualdad mal entendida ya que no puede ser igual en función lo que no es igual en condición (iguales en Derechos Humanos y Jurídicos, claro que sí y por supuesto), empezaron a exigir un nuevo estatus.
- En cuanto empezaron a trabajar fuera del hogar y obtuvieron una independencia económica y los anticonceptivos las liberaron de la obligada fidelidad, recato y moderación (*), se liaron la manta a la cabeza y ya no hay Dios que las haga regresar al corral ni a "sus labores".
- Y todo y parecerme mal, entiendo que no se puede ir contra los vientos de la historia, igual que los suizos, pueblo inteligente y que aguantó hasta el ultimo momento o sea, hace cuatro días, no pudieron evitar concederles el derecho de voto.
- Pero así van los hijos de ahora (hablo en general y que no me vengan con gloriosas excepciones), ya que no es lo mismo la educación y cariño materno (cuando lo hay, que es lo habitual) que crecer aparcados en una guardería, ni que la llamen "kindergarten".
Coronel Von Rohaut
(*) Claro que las santas esposas de antes también se dejaban montar por el carnicero de la esquina o por el butanero que, generalmente, la tenía más grande que el esposo o pareja legal de cama. Pero no es lo mismo que la actual promiscuidad laboral o si no que se lo pregunten, de siempre, a los médicos y enfermeras...
Sin embargo, creo que la salida de la mujer al trabajo viene determinada por la necesidad de dos sueldos para poder vivir (a la manera de ahora).
ResponderEliminarEn los USA vino dado por su entrada en las fábricas con motivo de la economía de guerra y la marcha de los hombres al frente. Luego ya no hubo manera de hacerlas regresar a la cocina. Y en Europa lo vimos en el cine de Hollywood...
ResponderEliminarSí, ya sé que esquematizo mucho y me da pereza extenderme. Pero las familias se acostumbraron al superior nivel de consumo que les daban los dos sueldos (vacaciones, dos coches, segunda vivienda, etc.)
Y ahora, encima, la crisis, y los antes caprichos se han convertido en necesidades.
Eso de la mujer en casa y solo en casa en realidad es para la mayoría de las familias un invento del S.XIX o incluso más tardío. Antes de esa época, solo las familias ricas podían permitirse que la mujer no aportara a la economía familiar.
ResponderEliminarLas mujeres de los grajeros era granjeras, las mujeres de los ganaderos eran ganaderas, las mujeres de los tenderos eran tenderas etc
La desaparición de la mujer del mercado laboral es un invento relativamente reciente. Por ejemplo la prohibición del trabajo en minas de carbón para las mujeres, a penas estuvo en vigor 100 años. Una de las reivindicaciones de los primeros sindicatos mineros era proteger a los débiles de semejante trabajo tan penoso: niños y mujeres, que antes eran preferidos puesto que necesitaban galerías más pequeñas.
Evidentemente yo hablo de la sociedad industrial que, claro, es un invento del siglo XIX.
ResponderEliminarPero también ya en la edad de las cavernas, el hombre salía a cazar y la mujer se quedaba en el hogar...