Este pasado viernes se dió un nuevo caso de
hipoxia (falta de oxígeno) en un piloto que volaba con su
F-22 sobre Hawaïi.
Pudo aterrizar sin daños pero ya es el caso nº 23, inexplicado, desde el primer vuelo operativo de este avión en 2005.
¿Si ni los americanos lo hacen todo bien, a donde iremos a parar...?
Coronel Von Rohaut
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