martes, julio 17, 2012

Un ranking inmundo, asqueroso


No me había parado a  pensar en ello pero hoy he caído en la cuenta que soy una de las personas mayores de mi tramo de calle (no la única ni la que más, todavía) y también una de las más veteranas de mi familia directa (pero política), solo superado por una cuñada (*).

Soy uno de los más viejos de mi club; de entre los habituales más próximos, solo uno tiene más años, si bien está hecho un chaval. Igualmente en el bar donde voy a diario a desayunar, algunos días soy el más viejo de los clientes y muchos días hay un par, pero solo un par, de caballeros algo mayores.

Entre mis amigos más íntimos, en un grupo soy el más jóven (salvo un par de esposas) y también un viejo compañero de escuela con el que aún me relaciono (ya nuestros padres habían hecho juntos el servicio militar, en Toulouse, en los años veinte del pasado siglo) es mayor que yo, si bien está fuerte como un roble.
Pero en otro grupo soy el decano.

Y en mi escalera soy y sin ninguna competencia, el vecino más viejo.

¡Cagüen la puta mierda de senectud, progresión imparable e inevitable cuya única salida es la muerte, final para el que no tengo ninguna vocación!

¡Cuanto odio, qué rabia me da, hacerme viejo, cagüen rediez...!

Coronel Von Rohaut

(*) Mi manada propia, nuclear, es muy limitada; solo un hijo y una hija, mi yerno y una nieta. Y mi perra "pointer", tan o más vieja, relativamente, que yo; pero lista y fiel, eso sí.
(PS) Y en la imagen he puesto al Dios Zeus; no me ha dado la real gana poner, más propiamente por ser el que marca el tiempo, a su padre, al Dios o Titán Cronos, o Saturno para los romanos...

1 comentario:

  1. Ya sabemos que Cronos se come a sus propios hijos, mi coronel.

    ResponderEliminar