Me acabo de enterar que, por culpa de la crisis y en un acto lúcido de austeridad, España ha decidido cerrar las delegaciones del "Instituto Cervantes" (el que defiende la cultura castellana por el mundo) de Curitiba y Recife, en el Brasil.
¿Vírgen Santísima, pero es qué teníamos delegaciones hasta en Curitiba y Recife?
Pues resulta que sí y que, además de las que podrían ser lógicas en Río de Janeiro y hasta Sao Paulo, en Brasil también hay, y quedan, delegaciones en Brasilia, Porto Alegre, Salvador, Belo Horizonte y Floriánopolis...
Y luego estos bastardos hispano-castellanos nos critican, salvaje y ofuscadamente, que nosotros catalanes, pueblo eminentemente exportador, queramos mantener oficinas comerciales, que nos pagamos nosotros (por cierto, igual que les pagamos gran parte del "Cervantes" a los otros), en Paris, Bruselas y Nueva York y llámalas embajadas o como leches quieras.
¡Pero a qué cojones jugamos, qué gilipolleces hacemos y decimos!
¿Y estos nos quieren "españolizar" a nosotros?
¡Vade retro, Satanás!
Coronel Von Rohaut
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