Otra imagen de una batería de este C-RAM, y que es como se llama en hebreo el "Iron Dome".
El Tsahal, en un comunicado oficial, ha declarado que en los últimos días se han lanzado 546 cohetes desde Gaza y el sistema ha interceptado 302, lo que daría una tasa de éxito del 35% o sea, uno de cada tres (*). Lo que puede parecer poco para un sistema que se promociona con tener una tasa de derribos del 90%.
Ahora bien, el sistema está concebido para derribar cohetes con un alcance de entre 4 y 70 kilómetros. Su tiempo de reacción mínimo es de 5 segundos; los obuses y cohetes que caen dentro de un radio de 5 kilómetros no pueden ser interceptados, por lo que no se realiza el disparo.
Además y por motivos de economía, aquellos cohetes que el calculador de trazado prevé que caerán en una zona desierta, tampoco son derribados. Solo en el tercer día de la operación Hamas disparó 550 cohetes de los que 350 cayeron en zonas deshabitadas y los judíos no dispararon. Los otros 200 fueron interceptado por el "Domo", con un 85% de efectividad, lo que ya está muy bien.
Otro tema distinto es el coste ya que, aparte la batería que tiene un precio de 50 millones de dólares o sea, algo menos que un avión de caza, cada missil "Pamir" sale por 90.000 dólares; que si se compara con el precio de un Qassar o Fajr, que son los cohetes lanzados por Hamas, la diferencia es brutal. Pero para los judíos, la seguridad de su pueblo es primordial y no tiene precio.
Además esto ocurre en todas las guerras asimétricas y, por ejemplo, una bomba GBU-12 lanzada desde un avión o "Predator" para matar algún insurgente afghano, tampoco sería rentable a nivel puramente contable.
Coronel Von Rohaut
(*) Lo que, con ser poco, sería incluso así mucho, dada la complejidad tecnológica del sistema.
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