Es lo que dicen los ricos y opulentos saudíes cuando llegan a este emirato a disfrutar de la lujuria con jóvenes, guapas y rubias chicas rusas, explotadas sexualmente por mafias de su propio país que las prostituyen en los hoteles de lujo, donde las retienen contra su voluntad con la confiscación de sus pasaportes y visados y bajo la vista gorda, y aprovechada, de los jeques locales. No solo en Bahrein, naturalmente, si no en medio mundo y en España hay multitud de ejemplos.
Pero en Bahrein también lo disfrutan los muchos militares americanos allí destinados, según constatación de la Naval Security.
Coronel von Rohaut
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