Netanyahou, del derechista Likud, ha vuelto a ganar las elecciones israelíes y, seguramente, podrá seguir gobernando con los aún más derechistas "rusos" de Avigdor Liebermann.
Pero tendrá que coaligarse con alguien más y tiene dos opciones: con el ultraderechista y religioso (pero moderno) Bennet, que ha obtenido un resultado muy por debajo de lo esperado y/o también con el centrista y revelación de estas elecciones, Yair Lapid (en la imagen).
O con ambos los dos. De todas formas, podrá obviar tanto a los laboristas o izquierda israelí que, durante años, fue la llave de la política del estado judío, como a los gilipollas ultraortodoxos, tanto sefardíes como askenazis, a los que, y en esto coinciden todos, quieren obligar a trabajar y hacer la mili y dejar de tocar los huevos como han hecho durante todo el tiempo en que han sido necesarios para gobernar, e imponiendo normas de tipo "taliban", como no dejar que los aviones de El Al vuelen en sábado, funcionen los transportes públicos, etc.
¡Que la mayoría de israelíes son laicos y modernos, coño!
Coronel Von Rohaut
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