¿Qué hacemos los catalanes en Espanya?

Sí, ya lo sé, estamos en ella, no, somos de ella, les pertenecemos por derecho de conquista, por la fuerza y no nos dejan irnos, sobre todo si queremos llevarnos nuestra bolsa, la caja, la pasta que es nuestra pero de la que maman ellos, malditos chupópteros, hijos de la gran puta y malgastadores que, encima de robarnos lo nuestro, lo desaprovechan en corrupciones y obras faraónicas sin rentabilidad alguna o sea, además, subnormales e imbéciles que te cagas...

Comenta un periodista que cuando el Rajoy dice, en Chile, "que su país es líder mundial en no se qué, que disfruta de una economía cojonuda" ¿Nos podría decir cual es su país?

Porqué el líder de ERC, Oriol Junqueras, contrariamente dice en su discurso (y no es el único, claro...) que España es el país que, mientras se pasa el día refregándonos a los catalanes su Constitución y sus Leyes y presumiendo que es un Estado de Derecho, resulta que es el país que más incumple las leyes europeas y que más procesos judiciales tiene abiertos por las autoridades de la UE por incumplimiento de directivas comunitarias y de normas medioambientales. Que España es el país de Europa con mayor índice de paro, incluso superior al de Grecia; y con el mayor índice de pobreza (relación entre PIB y paro) de la Unión Europea. Que "disfruta" de una de las deudas totales (pública y privado/bancaria) más elevadas de Europa y casi imposible de devolver. Y, lo digo yo, figura en los primeros puestos por corrupción (que mientras las corruptelas catalanas, que las hay y deben castigarse, son de céntimos, las de la meseta, Levante y Andalucía/Costa del Sol, son multimillonarias).

Está claro que el peor negocio de los catalanes es el tener que estar en España, tener que mantenerlos y sufrir sus robos y, encima, ser tan maltratados por su política de (falta) de infraestructuras y de falta de inversiones productivas en nuestra comunidad, mientras se malgasta en las demás. El constante entorpecimiento a nuestro desarrollo económico y bienestar humano y social. Y ya no digamos las continuas humillaciones nacionales recibidas de sus dirigentes (lengua, enseñanza, etc.).

¡Vamos, que nos vamos...!

Coronel Von Rohaut