Más que pasarse una década poniendo a punto aparatos de radios y/o de telefonía móvil para equipar a sus soldados desmontados, o sea infantes de tierra fuera de sus vehículos, con los que puedan recibir ordenes verbales así como datos y, especialmente, mapas, aparatos cuyo desarrollo cuesta millones y al cabo de cuatro días ya están tecnológicamente superados por los teléfonos celulares comerciales, ahora el Pentágono ha decidido enviar a los distintos fabricantes de móviles comerciales (Samsung, Apple, etc.) pero especialmente los que utilizan el sistema Android o el nuevo BB10 de Blackberry, unas normas de seguridad que vayan desde aparatos "seguros" a "clasificados" (*), y los que demuestren que las cumplen serán certificados por el ejército y podrán ser adquiridos directamente desde la estantería. Ya no se les entregará a cada soldado un aparato de comunicación como ahora se le entrega un fusil, si no que se irán cambiando a medida que el o los fabricantes los vayan modernizando; como se hace en el mercado civil, ya que es una tecnología que evoluciona muy rápidamente Y el ejército ya cuidará de proveerles con las necesarias aplicaciones militares. Y en sus compras particulares, los soldados tendrán una relación de cuales modelos poseen el suficiente nivel de "seguridad" requerido por el ejército.
El volumen de compra que se calcula gira alrededor del mundo del ejército americano (la aviación y la marina tienen otros proyectos) es de unos 600.000 aparatos, que actualmente son, en su mayoría, Blackberry, pero se desea ampliar la oferta con otras marcas.
Coronel Von Rohaut
(*) El nivel de seguridad requerido para la transmisión de datos será fijado por la National Security Agency; la responsable antiguamente del cifrado y descifrado y encriptaciones de las transmisiones del gobierno, pero que ahora es un departamento, con mayor presupuesto que la CIA y que cuida, además, del espionaje electrónico y de todas las escuchas que realizan los USA.
(PS) En la imagen, unos soldados se toman fotos antes de embarcar en un C-17. Durante la IIGM los civiles seguíamos la contienda, aparte de a través de las famosas emisiones nocturnas de radio, en varios idiomas, de la BBC, por los noticiarios cinematográficos como, en España el NO-DO, pero con varios días de retraso (aparte de la censura). Y en Vietnam la retransmisión en directo, como las hileras de cadáveres siendo repatriados, que daban los telediarios a la hora de la cena, crearon una atmósfera anti-belicista que perjudicó el desarrollo de la contienda.
Ahora y a través de You Tube se ven muchas batallas "on line" y muy pronto, o ya ahora, se podrán seguir y colgadas en la red, las grabaciones que hacen los propios soldados con sus móviles. Y tendrá (ya tiene) problemas la Seguridad Nacional, a manos de la libertad de expresión y la libre transmisión de ideas e imágenes...... Pero son otras tiempos.
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