Y también hoy, 12 de febrero del 2013

La Mesa del Congreso Español, las Cortes de España, con los votos especialmente del PP (puesto que ellos tienen la mayoría), han votado SI, muy a regañadientes, a ultima hora y por la presión popular, a admitir una ILP (Iniciativa legislativa popular) sobre la dación del piso en pago de las hipotecas con el fín de paliar la miseria y sufrimiento de tantas familias (*) y buscar una solución a los desahucios masivos; mientras que han votado SI, rápida y alegremente, a aceptar otra iniciativa para declarar la Fiesta de los Toros como un Bien de Interés Cultural (¡y juro por Dios que no es una coña de mal gusto!) (**).

La iniciativa sobre los desahucios la avalaban un millón y medio de firmas, mientras que la iniciativa sobre los toros solo lo era por medio millón. Esta es la imagen de la democracia española y la humanidad o ralea de las clases dirigentes españolas.

Por cierto, esta misma mañana y en un coloquio con periodistas, el señor Rajoy ha dicho que está seguro que Catalunya no se independizará de Españaya ya que, ha afirmado, la mayoría de catalanes no lo desean. ¿Ah, sí? Pues por qué se sigue oponiendo a que se lo pregunten a los propios catalanes...

Si a alguno de mis lectores españoles, después de todo lo anterior (y para no remontarme en el tiempo ni hacer una lista exhaustiva de agravios), no le cae la cara de vergüenza (o de ser español, o por aceptar los dirigentes que se ha dado), que se lo haga mirar...

Coronel Von Rohaut

(*) Yo tampoco abogo por aceptar el que se perdone o apruebe que la gente deje de pagar lo que debe (práctica o costumbre muy hispano-castellana y cañí), si no que se busque una solución a los casos sangrantes o en los que ha habido abuso o falta de información por parte de los bancos, ahora insensibles a los daños humanos, con muchos suicidios, causados por la crisis económica fomentada por ellos y su avaricia. Y sin retrasos ni demoras forzadas por el partido en el poder, con sus artimañas.
(**) Que, si se aprueba, puede llevar a volver a tener que autorizar las salvajes y crueles corridas en Catalunya, prohibidas ahora por una ley democrática votada aquí y que el centralismo folcklórico, español y sádico, quiere pasarse por el forro de los cojones.