Un bastardo maño, madrileño converso y cabeza de fila de la caverna castellana, el Jimenez Losantos, me dicen que ha parido una frase brillante, una parábola sobre la independencia de Catalunya: "Cuando un miembro está gangrenado, lo mejor es extirparlo".
No es difícil deducir que, para el Losantos, el miembro gangrenado es Catalunya y el cuerpo sano que tiene un miembro gangrenado es España.
Y sí, enano, el remedio es correcto (salvo que se dice amputar, un brazo, y no extirpar, un órgano o un cáncer, y es, precisamente, lo que deseamos fervientemente: ser amputados de España, cuanto antes y de una puta vez) pero el diagnóstico equivocado, como no podía ser de otra manera viniendo de un gilipollas enajenado por su fanatismo ultranacionalista español.
Porqué la gangrena es la muerte del tejido corporal y viene producida por la falta de flujo sanguíneo. Y nada es tan cierto como que Catalunya se está muriendo al no recibir flujo económico, sangre, cuyo bombeo nos niega el estado español, un vampiro maldito que nos extrae, nos chupa y no nos devuelve, el que producimos nosotros. El diagnóstico correcto sería que España es el mal y Catalunya, inane y exhausta, su víctima que se está gangrenando, exangüe...
¡Malditos ratones!
Coronel Von Rohaut
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