Una vez terminada esta batalla, con la "neutralización" de muchos djihadistas de AQMI, algunos (muy pocos) hechos prisioneros y algunos huidos o escondidos, se van conociendo más detalles.
Como ya expliqué en un post anterior, participaron en este operativo, y a más de fuerzas indígenas del Tchad, paracaidistas (algunos de Special Operations), paracaidistas legionarios del 2e REP al mando del Colonel Benoît Desmeulles, y unidades de Infantería de Marina.
Los legionarios del REP, que atacaron la parte central y llevaron el peso de la operación, encontraron numerosos escondrijos con armas, municiones y materiales explosivos para fabricar minas improvisadas (varios blindados franceses saltaron, si bien con pocas bajas y un solo muerto). Incluso garajes de reparación de vehículos enterrados y también provisiones de comida y combustible. Y el hecho que los guerrilleros islamistas habían convertido este macizo casi inexpugnable y con pozos de agua con reservas durante todo el año, en su bastión, es que incluso habían plantado pequeños huertos en las vaguadas, para aprovisionarse de verduras.
En uno de ellos plantaron los legionarios su puesto de mando (ver el blindado de transmisiones con la antena parabólica en el techo).
El estratega del operativo, el coronel Bertier (paracidista de infantería de marina), explicó que para sacar a los guerrilleros uno a uno de sus agujeros, hubo que "utilizar el pincho de comer caracoles" (recuerdo de sus orígenes borgoñones). Incluso llegaron a escasear las granadas... Y el coronel Bertier (que gusta de resaltar, incluso en la forma de hablar, su parecido con el mítico Colonel Bigeard) reconoce que la consigna era no cargar con prisioneros; en uno de los combates, un grupo que intentaba huir fue "neutralizado" desde el aire por un par de helicópteros "Tigre" y su cañón de gran cadencia de fuego.
La decisión de atacar con fuerza este valle del Adrar des Ifogahs (en sí, un macizo montañoso con un tamaño similar a media Francia) la tomó el general de brigada Bernard Barrera, jefe en el frente de las fuerzas expedicionarias francesas, cuando los servicios de información le señalaron la gran actividad electromagnética que salía de él; en un momento dado estaban conectados una veintena de teléfonos móviles (celulares) y algunos en conversación hasta con Europa.
Actualmente algunas unidades de infantes de marina siguen patrullando por este valle de Ametetaï en busca de guerrilleros emboscados y restos de combatientes escondidos, si bien algunas unidades, especialmente de paracaidistas y legionarios, han sido devueltas a la zona de Gao, más al sur pero donde sigue habiendo bastante actividad terrorista, y algunas enviadas a retaguardia para tomar una ducha y algunas birras bien heladas.
Patrullar por este terreno, un pedregal cortante de origen volcánico y donde al mediodía la temperatura, andando sobre estas rocas con 40 kilos a la espalda, puede alcanzar los 55/60º, es agotador...
Coronel Von Rohaut
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