Reforma escolar

Mientras en España, todas las ansias del ministro "facha", el Wert, son de españolizar a los niños catalanes (¿pero qué coño le hemos hecho, a este bastardo?), en otros países cuando piensan una reforma escolar, es escolar y no identitaria o ideológica.

Ahora en Francia, donde tienen los horarios escolares y días semanales lectivos más cortos, así como el mayor tiempo de vacaciones de Europa (que piensan en acortarlas), están estudiando una reforma para alargar la semana en medio día más (el problema serán, como siempre, los sindicatos de enseñantes). No para incrementar los temarios si no para que los niños tengan más tiempo para trabajar las asignaturas ya establecidas y vayan menos estresados, para rebajar los indices de fracaso escolar (¡hostia, si tuvieran el de España...!).
Y le parece bien hasta a la oposición.

Pero algunas voces, en Francia, se quejan que no se haya ido más allá en la reforma para, por ejemplo, acercarse más al sistema alemán en el cual, a partir de los 14 años, un niño que no esté motivado por unos estudios muy largos (o no esté capacitado para ellos, que todo hay que decirlo y no todo el mundo es igual  ni debe ser tratado igual, y en todas partes hay asnos) ya puede optar por un sistema de estudios llamado "dual" en el cual, todo y prosiguiendo su formación académica pero menos severa, empieza una "formación profesional" que incluye prácticas (incluso pagadas), como aprendiz en industrias, talleres o fábricas.

Claro que, para esto, hay que empezar disponiendo de industrias manufactureras como, antes, teníamos en Catalunya y que ahora se han ido mayormente al cielo. Pero al final los niños germanos, si no han podido entrar en una carrera, salen con un oficio que les permite ganarse la vida. Y la tasa de paro juvenil es muy baja, mientras que en Francia es de tres veces más... y en España de más de cinco veces superior y, si tuvieran un oficio, por lo menos podrían emigrar a países emergentes y no para hacer de peones o camareros.

Coronel Von Rohaut