lunes, abril 08, 2013

La seguridad privada, la corrupción política y la connivencia delictiva o, cuanto menos, inmoral

En los campos de Lleida se producen, de forma constante y reincidente, numerosos robos de cosechas, ganado, combustible, maquinaria agrícola  etc. en un ejercicio de "cuatreros" del Siglo XXI. Evidentemente y para vigilar de día y de noche una zona rural tan extensa, los "Mossos d' Esquadra" que serían los responsables, no dan abasto.

Los labradores y habitantes de muchos pueblos de Lleida se han coordinado para llevar a cabo patrullas en coche, para lo que se van turnando. Naturalmente desarmados (armados no les dejan) y solo equipados con radioteléfonos con los que avisan a la policía cuando observan conductas sospechosas en elementos desconocidos que merodeen por su comarca, para que les detengan, ya que ellos no pueden hacerlo.

Ellos se llaman a si mismos "somatent", aún que este cuerpo parapolicial ya no exista pues fue disuelto hace años. El anterior conseller de Interior, de Covergència, Felip Puig les animó a unirse pero el actual conseller, el Espadaler, de Unió, les quiere disuadir y es proclive a prohibirlos; de momento, ya les ha negado su apoyo.

La verdad es que desde que funcionan se han reducido los robos (o se han desplazado donde haya menos vigilancia) y los "payeses" no quieren dejar esta actividad.  Cuando el conseller (por aquello de los peligros de tomarse la justicia por tu mano, etc. ¿pero es que hay algo peor que la falta de justicia) les dice que no lo hagan, ellos contestan "pués que lo hagan los Mossos, por lo que habría que incrementar mucho sus dotaciones". Lo que el conseller no hará, luego...

Lo ideal sería legalizarlos como "somatent" o milicia rural civil; bajo estricto control del Govern pero incluso armados (para defenderse ya que los chorizos, muchos gitanos, a veces son violentos), si se confía en la lealtad cívica de sus componentes. También se han expandido a alguna zona de Aragón.

Porqué lo que no pueden hacer los "payeses", por su coste disparatado, ante la inoperabilidad o ineficacia (o falta de medios) de las autoridades que tienen el monopolio de la fuerza, es dotarse de seguridad privada o "seguratas" oficiales, que en algunas explotaciones agrícolas muy importantes ya actúan, y que sí que pueden ir armados.

¡Ah, coño! Porqué quizás aquí está el problema. La familia del ex-ministro del Interior, el pepero y ultranacionalista español Jaime Mayor Oreja y sus hermanos son, al parecer, los propietarios de multitud de grandes y lucrativas empresas de seguridad privada (Prosegur, Securitas Direct, etc.), que también facilitan escoltas privados a personalidades o particulares, en su día amenazados por la ETA, seguridad a veces pagada por el mismo gobierno, a un coste muy elevado (las empresas incluso cotizan en Bolsa) para no ocupar tantos policías (que hay pocos, por lo menos de servicio en la calle).

¿Se acuerdan cuando yo me preguntaba, ante la pertinaz negativa del propio Mayor Oreja y demás dirigentes peperos, a sentarse a negociar con la ETA, bajo ningún concepto, a quién cojones beneficiaba el terrorismo y la inseguridad ciudadana? ¿Aquello de "contra ETA vivíamos mejor"  y tanto oponerse a las treguas y tacharlas, sistemáticamente, de "treguas trampa" por lo que, indefectiblemente  acababan fracasando?

A veces, las respuestas son muy simples y evidentes...

Coronel Von Rohaut

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