A los catalanes que, mentecatos como somos, nos empeñamos en hablar catalán (y en defenderlo, ampliarlo, expandirlo, asentarlo y blindarlo por lo menos en nuestra casa), los mesetarios nos llaman, como mínimo y dulcemente, provincianos.
Pero como explica un lingüista, nada hay menos cosmopolita (que es de lo que ellos, los castellanoparlantes, más presumen) que vivir encapsulados en una lengua como el castellano, tan impregnada de rancio imperialismo.
Porqué los castellanos, que generalmente y como ya decía Machado, desprecian cuanto desconocen, viven encerrados en su lengua como con un juguete único y que, todo y ser hablada por muchos millones de habitantes en el mundo, lo es principalmente en países latinoamericanos y tercermundistas o, como en los USA, por señoras de la limpieza y jardineros sudacas.
¡Hable Vd. inglés, coño! Y tu, catalán, también, habla bien tu lengua propia y luego domina el inglés (*).
Coronel Von Rohaut
(*) Y si eres culto, el francés y si quieres trabajo, el alemán. Y si tienes visión de futuro, antes el japonés y, ahora ya, el chino...
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