A través de las disputas entre varios periodistas (*) y tertulianos españoles, todos de derechas y peperos o ultranacionalistas españoles (o sea, sin ningún portavoz izquierdista infiltrado que distorsione a su favor de forma partidista) pero, eso sí, de distintas y enfrentadas facciones, sigo con asombro una detallada relación de las salvajadas (saqueos, corrupciones, amiguismo, operaciones fraudulentas acordadas en medio de orgías y borracheras, estafas planeadas, etc.) que se realizaron durante años en distintas, pero al final unificadas, organizaciones financieras como la Caja de Ahorros de Valencia, la Caja de Madrid, Bankia, pero también en las Cajas andaluzas, castellano-leonesas, castellano-manchegas, etc., y sus actores principales, cómplices o encubridores como son el Blesa (ahora medio encarcelado pero del que no me consta que haya devuelto lo que se llevó crudo y que hace poco aún se quejaba de lo incómodo que era su Ferrari...), el Rato, el Hdez. Moltó, el Medel, etc. etc.; todos bajo la supervisión o, más bién, aquiescencia y permiso del Dtor. del Banco de España, el Fdez. Ordóñez. Y muchos amigos del alma del Aznar, paniaguados del Gallardón, familiares de la Cospedal y la Aguirre, y muchos otros cuyos nombres no tengo ganas de buscar.
Lo que se embolsaron, desviaron, desfalcaron, malversaron, se repartieron ellos y sus amigos y cómplices, según dicen y parece, alcanza cifras astronómicas. Y luego, los miles de millones que la UE ha tenido que prestar a España para rescatar tales Bancos y Cajas, arruinados y nacionalizados, los tendremos que pagar entre todos, vía impuestos o más empobrecimiento, ya que ha sido con el aval del estado.
Lo que me asombra es que luego, muchos de estos mismos tertulianos y periodistas, llevados por su catalanofobia innata, salen por los mismos medios declarando con aspavientos lo malos y estafadores que son los catalanes implicados en el Caso Palau, Caso Pallarols, Familia Pujol, etc.. Que sí; pero que en el caso que sea verdad lo que les imputan y que en muchos casos me lo creo o acepto, en comparación con las ingentes cantidades defraudadas, malversadas o mal adquiridas por los delincuentes hispano-castellanos y sus amiguetes, lo de aquí es de risa. Casi de darle vergüenza ajena a un profesional de la corrupción castellana.
Coronel Von Rohaut
(*) Alguno como el españolista fanático Jiménez Losantos, un energúmeno muy alejado de mi ideología pero del que no dudo que, como periodista y sus largos años de muy íntima relación con el más alto poder político de España, informado lo está. Muy bien informado. Y lo que cuenta, a los pobres provincianos y empleados de nómina, nos pone los pelos de punta.
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