Cada vez que en alguna crónica de sociedad, artículo sobre gente del mundo de la farándula, modistos de moda, etc., leo que un maricón del culo y al referirse al otro maricón que se la endiña, dice "mi marido", me da una especie de repelús.
Llámame homófobo, machista, carcamal retrógrado, viejo intransigente o lo que quieras. Me importa tres pares de cojones... Yo solo me considero un hombre normal, correctamente conformado y con el equilibrio hormonal con el que la sabia naturaleza dotó a los distintos sexos de la raza humana y la mayoría de especies animales, para diferenciar sus roles.
Y como en otras ocasiones, a veces la misma naturaleza comete errores o tiene fallos y salen individuos defectuosos, malformados física, endocrina o psicológicamente, y hasta monstruos.
¡Qué le vamos a hacer! Soportarlos y entenderlos, darles todo nuestro apoyo moral y humano y hasta cariño, respetar sus derechos, pero evitar que cometan tonterías y aberraciones. Como llamarle "marido" a su puto "dante", que como es sabido, es tan maricón como el "tomante".
Coronel Von Rohaut
(PS) En un periódico hablan abiertamente de los "posibles novios" de Jaime de Marichalar. ¿Coño, tú sabías que éste también perdía aceite? Raro sí era...
Esto cierra el círculo de la honorable y ejemplar familia real española, con el cabeza de familia y como buén Borbón hijo de un gran bebedor de whisky, adúltero follador a destajo de folklóricas y falsas princesas, y matador de pobres elefantes y osos emborrachados;
y con un yerno chorizo y el otro maricón.
¡Joder, qué tropa..!
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