En el año 2011 algunos, y en algún momento yo mismo, nos alegramos con la llamada "Primavera Árabe" que iba empezando entonces y se nos abrió un muy prematuro rayo de esperanza. Creíamos que con las revueltas del pueblo los países teocráticos podrían ser obviados o rodeados, y los regímenes dictatoriales y represivos se encaminarían hacía la vía democrática y occidental que, casi todos, estamos seguros que es la única verdadera.
Pero la posterior evolución de Túnez, Egipto, Libia, etc. y, ahora, la involución de Turquía, viene a demostrar que estos países no tienen ni solución ni futuro.
Y muchos países occidentales quieren apoyar a los rebeldes sirios, cada día más cautivos de los djihadistas e islamistas radicales y fanáticos. Me dicen que Francia, por bajo mano ya que los otros aliados no se acaban de decidir, ya está enviando armas ligeras, sin marcar, a los rebeldes; espero que sepan dilucidar y escoger a cuales rebeldes si y a cuales no.
Pero yo me pregunto (*), con perdón, si no sería mejor apoyar al Assad y no a los putos rebeldes, que luego nos salen ranas (**).
Coronel Von Rohaut
(*) Y, al parecer, también se lo preguntan en el mismo Israel donde, según leo, mientras el Mossad se decanta por apoyar a los rebeldes, el Tsahal, la comunidad militar, tiene dudas y preferiría ayudar al Assad.
(**) El Sha Reza Pahlevi de Persia, el Sadam Hussein de Irak y el Hosni Mubarak de Egipto, con todas sus maldades y perfidias, eran más y mejor valladar contra los malditos islamistas, que lo que ha venido detrás, con nuestras bendiciones. ¿Seremos burros?
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