Estaba viendo por la tele el film de John Wayne (dirigido por el judío húngaro Michael Curtiz, el de "Casablanca") "Los Comancheros" (con una breve pero vigorosa participación de Lee Marvin), y me ha parecido que la banda musical era parecida, en algunos puntos, a la de "Los siete magníficos" y al comprobarlo por Internet (¿como podíamos vivir cuando no existía?) veo que, efectivamente, era del compositor judío, nacido en New York (la mayor comunidad judía fuera de Israel) (*), Elmer Bernstein.
Que entre más de 100 películas cuya banda compuso, habían varias del Oeste, o no, con John Wayne (como El gran Jack, Los cuatro hijos de Katie Elder, Valor de Ley, McQ, etc.), pero también La gran evasión, Los diez mandamientos, Aterriza como puedas y, muy especialmente por su música jazzística, El hombre del brazo de oro, con Frank Sinatra.
Uno de los grandes Elmer Bernstein (formado en la Academia Juillard de Nueva York), que durante la guerra actuó con la orquesta de Glenn Miller y, en el cine, discípulo de Aaron Copland y Alex North.
¿Qué hubiera sido, qué sería del cine de Hollywood, del cine en general, de no ser por los grandes productores, directores y actores judíos? Alguna vez ya había explicado aquí, y algún día volveré sobre el tema, que el Oeste que hemos conocido no existió jamás; que fue una reinterpretación de los judíos de Hollywood para crear una épica, una historia americana. Igual que luego hicieron con las películas de guerra de la IIGM.
Coronel Von Rohaut
(*) Como judía y de Brooklyn era la actriz de "Los comancheros", Ina Balin (nacida Rosenberg).
Una vez leí un artículo en el que mencionaba a un ex-gàngster italo-americano, en prisión, en la que le preguntaba qué le parecían los filmes sobre mafiosos, respondió:
ResponderEliminar"Nos enseñó a vestir y a cómo actuar con naturalidad..."
Creo que todos esos judíos de Hollywood se convirtieron al catolicismo por razones desconocidas.
ResponderEliminarQuizás no tan desconocidas; algunos, para escapar de la "caza de brujas" del senador Joseph McCarthy, tuvieron que hacer de todo...
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