Cuando yo era pequeño e iba al fútbol con mi tío (que había sido extremo en el "Club Martinenc", el de nuestro barrio y que entonces y por imposición, estúpida total, del franquismo, lo habían rebautizado como "San Martin"), los equipos jugaban con un portero, delante dos defensas (lateral derecho y lateral izquierdo), tres medios (había un "medio centro" que, cuando era muy malo, le llamábamos "mig destorb" o sea, "medio estorbo"), más cinco delanteros (extremo derecho, interior derecho, delantero centro, interior izquierdo y extremo izquierdo). Era el sistema llamado "piramidal".
A finales de los años 30 un británico, un tal Chapman, diseñó un nuevo sistema en el que hacía retroceder al "medio centro", que pasaba a ser el "defensa central" que conocemos ahora. Y a esta disposición se la conoció como la "WM".
Que no llegó enseguida a España por culpa de la guerra. Pero fue precisamente durante la IIGM y cuando ni España ni los clubs podían competir con equipos europeos, que vino de "tournée" un equipo argentino, el "San Lorenzo de Almagro", que utilizaba esta técnica entonces revolucionaria y aquí todo el mundo se deshacía en elogios y la prensa deportiva nos aburría con tanta "WM".
Luego ya en los años 50, la Selección de Hungría le pegó una humillante paliza a la Selección Inglesa y en la propia Gran Bretaña. Con un juego brillante alrededor de un 4-2-4 modificado (nacimiento del "falso delantero centro") en el que, como dijo luego Puskas, "cuando uno ataca, todos atacan, cuando uno defiende, todos defienden".
Basora, César, Vila,
Kubala y Manchón.
Otro húngaro, el gran Ladislao Kubala, se había adelantado trayendo al Barça sus destellos revolucionarios de gran calidad y técnica personal; más tarde, la mayoría de estrellas de aquella Hungría llegaron a España: Puskas al Madrid, Kocsis y Czibor al Barça (si bien estos ultimos llegaron con problemas físicos).
Marinus Michels había desarrollado en el Ajax de Amsterdam la evolución de esta forma de juego e implantó el "fútbol total" que hizo grande a la selección Holandesa de entonces. Michels y su estrella, Johann Cruyff, llegaron al Barça y allí nació el mejor fútbol que se haya visto en el mundo, el del Pep Guardiola (que no reniega de la influencia también del italiano Arrigo Sacchi), después de pasar por el "Dream Team" de Cruyff como entrenador, modernizado por otro holandés (antipático pero inteligente) Louis Van Gaal y gracias también a la formación de jugadores que un santanderino, Laureano Ruiz (debajo), "cruyffista" hasta la médula y vecino mío (vivíamos en el mismo rellano durante algunos años), creó en "La Masia (la escuela del Barça). Esto lo recordaba hoy, en un artículo, un periodista en el que me he inspirado para redactar parte de estas líneas (lo de la WM forma parte de mis recuerdos propios y lo del Jordi Vila, de la foto de encima del Barça de las "5 Copas", era primo de mi padre y mi tío).
Y así estamos mientras que el Real Madrid, impasible el ademán y como "equipo del régimen" que nunca ha dejado de ser, lo va solucionando todo con la "chequera de Bankia" (o de quien sea) y la chulería de "nuevo rico" de sus dirigentes.
Pero los catalanes contentos, ya que sabemos que el "Barça" es más que un club...(*)
Coronel Von Rohaut
(*) Hasta hemos superado aquella coña (hay que reconocer que tenía gracia) que respondía: "Sí, es un puticlub".
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