Hoy, en Tarragona, el "nacionalcatolicismo" santificará a varios beatos mártires que, durante la República, fueron fusilados solo por su fé.
Pero el dirigente político catalán Raimón Carrasco i Formiguera, fundador de la católica Unió Democrática que hoy preside Durán i Lleida, tuvo que escapar de Catalunya por católico practicante también durante la República y, detenido en "zona nacional", fue fusilado por el general Franco, por catalán y catalanista.
O sea, murió también como mártir y como religioso y como catalán, por lo que, a mi entender, debería ser doblemente santificado; pero no lo será...
Ni tengo ningún interés en que lo sea y metido en el mismo saco que los demás.
Pero lo único que demuestra esta discriminación, y 78 años después de lo ocurrido, es que los españoles siguen siendo unos mal nacidos e "hideputas".
Coronel Von Rohaut
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