domingo, diciembre 22, 2013

Dentro de España nunca llegaremos a ninguna parte

Nos dicen que si los catalanes nos independizamos de España quedaremos fuera de Europa pero es que es España la que cada día se aleja más de Europa y de su espíritu abierto, laico y democrático, empujada hacía la más dura regresión por sus miembros más integristas y ultraconservadores (*).

Como dice una columnista: "No solo tenemos todavía pendientes la Revolución Francesa y la Revolución Industrial si no que ahora ya hemos de empezar por la evolución de la especie...".

Y por lo que se refiere a la situación economico-fiscal de Catalunya, ya en el año 1.882 Valentí Almirall, lúcido político catalán entonces federalista, ya escribía lo que sigue a continuación (ahora que estamos en época de loterías navideñas). Más de un siglo después seguimos igual frente a la voracidad del estado castellano y es que nunca haremos nada de bueno mientras sigamos enquistados/absorbidos/dominados por la insaciable España.


Hemos de irnos. ¡Vámonos, que nos vamos...!

Coronel Von Rohaut

(*) Que según dicen y dentro del gobierno actual son el Fernández Díaz (miembro numerario del Opus), el Morenés, el Ruiz Gallardón, el García Margallo y la Ana Pastor (todos más a menos afiliados o cercanos al Opus, como el ministro de Interior, o católicos intransigentes) y varios de ellos en la imagen superior. Así como, en el partido, el Trillo y el Mayor Oreja.


Las rifas antiguas de beneficencia

De l'article de Valentí Almirall (Barcelona, 1841-1904) a El Diluvio (4-I-1882). La voracitat depredadora de l'Estat ja causava estralls a Catalunya fa més d'un segle.

adrid ha suprimido de una plumada todas nuestras rifas semanales de beneficencia. Desde ayer han desaparecido esa multitud de expendedores que, ciegos o paralíticos algunos, inútiles para el trabajo manual casi todos, se ganaban modestamente el sustento revendiendo por todos los pueblos y ciudades de Cataluña billetes a 2 reales. […] ¿En nombre de qué ha suprimido Madrid las rifas de beneficencia? No puede haberlo hecho en nombre de la moralidad pública quien deja subsistente su lotería, que es un verdadero juego, y dedica toda su actividad a fomentar el agio en la Bolsa. No puede haberlo hecho en nombre de la moralidad de las mismas rifas quien tiene también una rifa cuya administración le cuesta mucho, muchísimo más cara que la de las suprimidas, […] Al suprimir Madrid nuestras rifas antiguas, no ha podido alegar más que un motivo: el interés de la lotería que llama nacional. Empero el verdadero motivo no es éste sino otro; el verdadero motivo es el desapoderado afán que siente la capital al absorberlo todo, y suprime nuestras rifas como suprimió nuestros bancos, como suprimiría nuestras leyes, nuestra lengua y nuestra industria si le fuera posible hacerlo, para quedar luego dominándolo todo, de la misma manera que según su refrán domina el tuerto en tierra de ciegos. Por desgracia se va realizando por ahora el programa madrileño. Desde hoy, nuestros establecimientos benéficos están condenados a esa muerte lenta que consume todo aquello en que Madrid pone la mano. Hoy se les ofrece una indemnización a cambio de la rifa; mañana esa indemnización comenzará por no ser pagada y acabará por ser suprimida, y entonces aquellos establecimientos, entregados a la ineptitud oficial, se encontrarán hasta sin pan, por no poder pagar al contratista, y serán lo mismo, exactamente lo mismo que todo lo que depende del Gobierno o de sus hechuras. La supresión de las rifas benéficas no ha sido un golpe dado al juego, en cuyo caso sería respetable, sino a nuestro país, que debe apuntarlo en el libro de memorias de las caricias madrileñas.

Valentí Almirall

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