Bélgica y Francia autorizarán el uso de guardias armados privados a bordo de los buques de su bandera, para combatir los peligros de la piratería, especialmente en el oeste africano (ya más que en las mismas costas de Somalía).
Varios países europeos (así como Japón que, al principio, era reticente) ya lo habían puesto en practica si bien dichos guardias pertenecen, mayoritariamente, a empresas anglo-sajonas (especialmente británicas, americanas y sudafricanas).
Solo Holanda se niega a hacerlo y ofrece unidades militares a sus armadores, pero su costo de mantenimiento es muy elevado.
En la imagen, agentes de seguridad privados, formados por militares españoles.
Coronel Von Rohaut
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